La ciudad y los días
Carlos Colón
Nacimientos y ayatolás laicistas
Ayer estábamos unos domingueros repostando en la gasolinera. Poco después aproximadamente a las 12 del mediodía al albur y fachada albero del Caleta Palace, Subdelegación del Gobierno, comenzaron a pulular gentes bien vestidas y alimentadas. Un corte de calle express entre un hospital privado y la casa de los fantasmas. Funcionarios en lucha por las cuitas de MUFACE que suena a dictador africano ¿Dónde está la UGT? Voces megafónicas y silbato con enfisema. Viandantes cotilleando el descontento neotieso. Una mani pop up. Concentración de usar, retratar y salir de cañas en vez de barricadas. Aparece un coche de la Policía Nacional. Sale una pareja, ella de armas tomar, envaina la porra salchichona como sable de caballería. Diálogo. La calle trancada. El cordón sanitario de los funcionarios se comprime como una venda kinesiologica. Pregunto por ahí si la convocatoria está autorizada y hasta cuando dura el asunto. Aparece un autobús EMT y por el extremo opuesto otro vehículo policial. Sin sirenas, sólo luces azules. Nuestros funcionarios incluso cabreados son mansos, conocen los mecanismos de la póliza y el joder, poder enredarte la vida laberintos de ventanillas digitales para conseguir turno en la Seguridad Social de cuyos consultorios huyen. En fin. Hay algo en el ambiente que huele chamusquina. No será por un FRITUR rebosante de pescaíto power point. Récords históricos. Con todos los huevos y huevones en la misma fiesta. Vivimos en un estado de estupenda inquietud. Dentro y fuera de casa. Con las ocurrencias de nuestros mamados líderes davosinianos. Le propongo más majaronadas. Insisto en lo del broncódromo, semanasantadromo, manifestódromo, como usted lo quiera llamar. Es más urgente que el auditorio de amarras y misericordia o la remodelación del estadio de fútbol de la Rosaleda. Necesitamos un recinto urbanita en el que dar la brasa con el que hay de lo mío sin turbar la hospitalaria paz de Cenacheriland. Un recorrido oficial allende el Cortijo Torres o el bosque urbano de pega, con sus puntos clave donde filmar y repasar la jugada de la batucada, la consigna, la industria auxiliar de la pancarta y la megafonía. Un entorno para producir y filmar en las mejores condiciones eventos callejeros y efectos especiales como en un plató de cine y hacer virales las algaradas sin molestar. Total, si al final entre la inteligencia artificial, las fango news y las noticias verdaderas, la sensación de engañifa siempre persiste ;-)
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