Chándal de domingo

02 de febrero 2025 - 03:07

Me encantan los domingueros. Adoro al gentío de Cenacheriland que se engalana para ir a misa. O para lucir palmito por el Palmeral de las Sorpresas. Llevan su mejor ropa, la ropa de domingo. Una costumbre que se resiste a la globalización. Más que dime con quién vas, los tiempos modernos dictan el cómo vas, qué pintas llevas el domingo y te diré quien eres. Trabajador de cuello azul o de cuello blanco. Los domingos de paseíto litoral desvelan gran espectáculo y colorinche sensorial. Los rastros de los perfumes. Señoras de oreja en perla, medio tacón y seda floreada amarradas al bolso, luciendo marido repeinado con chaqueta, pantalón de pana y mocasín relumbrón. Me encantan las familias tempranas de carrito bebé, mallas y chándal de superlogo comiendo pipas con vistas a la bahía. El Chándal de los domingos. El fenómeno de las camisetas de fútbol y los tenis blancos con ampollas recién estrenadas. De domingo a su manera también lucen tribus urbanas ya sean hipsters, góticos, frikis o canis. Por el corte de pelo y el maquillaje los y las distinguirá. También están los enjambres de guiris en bicicleta de camiseta técnica y forro polar. Los corredores fosforescentes, caminantes con bastones de siete leguas. O los turistapiocas de cantimplora a los que solo les falta látigo y machete. Lo de salir pintón en domingo tiene algo agropecuario y molón. Aprovechar el único día de descanso, de cine, celebrar la alegría de la libertad…Pero los domingos ya no son lo que eran. La modernidad nos atropella con servicios full time. Internet opera las 24 horas y muchos establecimientos comerciales abren todos los días de la semana para calvario del personal de atención al público. El domingo de chiringuito o ventorrillo y postre pastelero últimamente se nubla por algo más de un horizonte de lunes. Casi todos los partidos políticos han tomado la costumbre de amargarnos el domingo con sus mítines y proclamas provocación. Personajes que van disfrazados de finde por sus asesores de imagen. Como salvapatrias quieren dar la sensación de que no paran de currar mientras usted intenta evadirse, aunque lo más evidente es que solo dan palos al agua encharcada de la batalla identitaria, cultural o la milonga encabronante que les asegure su covachuela climatizada. Por favor: que también se compren un chándal o lo que sea, se vayan a paseo y nos dejen disfrutar del día feriado en paz ;-)

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