Cinco años después

Hace cinco años los españoles nos encerramos en casa. Empezó una pandemia desconocida y sin precedentes. Al principio, no sabíamos muy bien lo que era pero enseguida llegó la incertidumbre y sin que nos diéramos cuenta aparecieron las víctimas, se convirtió en el tema central de nuestras vidas hasta que la vacunación hizo que volviéramos a la normalidad en 2023. El COVID-19 supuso unos 120.000 muertos en nuestro país y unos 15 millones de fallecidos en todo el mundo.

Al principio, las reflexiones sobre el cambio del mundo y del hombre propiciado por la pandemia de los ensayos de pensadores y filósofos, convivieron con la introducción del teletrabajo y la educación virtual desde la escuela hasta la universidad. Se empezaba a trabajar, a comprar y a vivir de otra manera. Los ERTES facilitaron la vida de las empresas en un mundo cerrado por enfermedad. Las democracias también cambiaron con la pandemia. Como escribió Manuel Alcántara en un artículo de 2021, surgen democracias en cuarentena. Si bien permanece el poso dejado por la fatiga, el momento actual avizora uno de democracias en cuarentena. Tres líneas definen el actual terreno de juego de la política. La primera evidencia que es una época ideal para activar el autoritarismo porque conlleva la excusa perfecta del estado de emergencia o para la promulgación de las medidas excepcionales. Se registra el cercenamiento del de las funciones legislativas y de control de los Congresos a favor de los Ejecutivos que refuerzan su histórica preponderancia. Finalmente, la pandemia ha subrayado la relevancia del Estado y su imprescindible capacidad de incidir en la realidad mediante diferentes políticas públicas.

Sin embargo, lo que supuso la pandemia fue un verdadero test a la sociedad española. Nos dimos cuenta que nuestra Sanidad Pública no estaba preparada para una prueba de stress tan brutal como una pandemia. Fue el esfuerzo de su personal, el enorme trabajo realizado en unas circunstancias muy difíciles lo que hizo que se pudieran salvar muchas vidas. Hubo errores de coordinación política y decisiones discutibles –como, por ejemplo, las de Ayuso con las residencias y que le está costando una fuerte crítica esta semana a la Presidenta de la Comunidad de Madrid como consecuencia del documental 7291 de Juanjo Castro-. La pandemia fue también el momento de los que se aprovecharon y se enriquecieron con ella. La pandemia nos mostró tal como eramos. Tal como somos. Capaces de lo mejor y de lo peor.

Quizás lo mejor que podamos decir es que estamos aprendiendo a construir una sociedad sobre una crisis económica, una pandemia y una guerra en un mundo que no para de cambiar. En España superamos la pandemia, pero conviene no olvidar y evaluar y corregir todo aquello que no hicimos bien entonces.

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