¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
¿Dónde está la ultraderecha?
La ciudad y los días
L A única vez que Yolanda Díaz ha dicho algo que quizás, casi seguro, representa lo que piensan la mayoría de los españoles fue cuando susurró, y el micrófono abierto amplificó, lo de “a la mierda, se pueden ir a la mierda todos”. Ella se refería a la oposición. La mayoría de los españoles, según las encuestas, lo extenderían a toda la clase política. El mal comportamiento de los políticos suele aparecer en las encuestas como el principal problema tras la crisis económica y el paro, seguida por el Gobierno, los partidos y la corrupción. Afortunadamente la mayoría de los españoles no son antisistema y, aunque emocionalmente compartan lo de “a la mierda, se pueden ir a la mierda todos”, racionalmente no lo hacen y votan. Unos tapándose la nariz y otros comulgando con ruedas de molino. Pero votan. Y ojalá el próximo domingo lo hagan cortándole las alas a los partidos populistas.
En lo que llevamos de siglo XXI la política española ha conocido dos buenas noticias y cuatro malas. Las dos buenas fueron UPyD, partido progresista fundado en 2007, y Ciudadanos, partido centrista fundado en 2006. Las cuatro malas noticias son los hundimientos de estos dos partidos y el surgimiento de Vox en 2013 y de Podemos en 2014 (del que se desgajó Sumar en 2023), cuyo ascenso dio voz, representación e influencia a los populismos de extrema derecha e izquierda.
Aupados indirectamente por la desafección (si no la cólera) de los ciudadanos por la esclerotización endogámica y corrupta de los dos grandes partidos, y directamente por sus pactos con ellos que, en el caso del PSOE, llevó a Podemos y a Sumar al consejo de ministros y a sus dos líderes a la vicepresidencia segunda del Gobierno de España. Mientras colapsaban UPyD (cuarta fuerza con 1.143.225 votos en las generales de 2011, undécima en las de 2015 con 155.153 votos, disuelta en 2020) y Ciudadanos (tercera fuerza en las generales de 2015 y abril de 2019 con 3.514.528 y 4.155.665 votos, para pasar al quinto lugar en las de noviembre del 19 y desaparecer en las de 2023). Mientras caían, ascendían al segundo y tercer puesto Vox y Unidas Podemos.
El próximo domingo, elecciones europeas, no podemos permitirnos el lujo de hacer lo que Yolanda Díaz dijo y mandarlos a todos a la mierda, aunque se lo merezcan, absteniéndonos. Porque ni en la vida ni en la política funciona lo de “no me como el rancho, que se joda el coronel”.
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