El balcón
Ignacio Martínez
Negar el tributo y lucir el gasto
El lanzador de cuchillos
Uno. El Espanyol envía 70 toneladas de material y alimentos para los afectados de la DANA en la Comunidad Valenciana. El Barcelona se quita del medio para no molestar, según se deduce del comunicado emitido en sus redes sociales en inglés y en catalán. El club perico tiene siete millones de seguidores en internet, mientras que los culés son cuatrocientos cincuenta millones. Parece evidente que la grandeza no se mide en followers.
DOS. Ignatius Farray, cómico de la cuadrilla de Broncano, en X: “Imagínense que a Donald Trump le hubieran dado un palazo. ¡Cómo será la democracia en España que al presidente del Gobierno le dan un palazo y sigue andando, y al día siguiente todavía le estamos dando vueltas a ver si lo tenemos que considerar, o no, un atentado!”. Como es cegatón puede que no viera en la tele ni leyera en los periódicos que a Trump lo intentaron matar varias veces durante la campaña electoral. Y tampoco recuerda, al parecer, una actuación suya en Comedy Central en la que celebraba con risotadas de frenopático la “hostia a mano abierta” que se llevó Rajoy a la salida de un mitin.
TRES. Amancio Ortega dona cien millones de euros a los ayuntamientos perjudicados por la riada. Sí, ese miserable lo ha vuelto a hacer. ¡Qué podíamos esperar de un tipo sin escrúpulos que en 2015 entregó doscientos ochenta millones al sistema público sanitario español para la puesta en marcha de un programa de renovación tecnológica de los hospitales y que en 2021 dio otros trescientos para la compra de unos aparatos que destruyen las células tumorales! Menos mal que nuestros políticos conocían bien al pájaro y no se dejaron engatusar: afortunadamente, los equipos están aún sin desembalar.
CUATRO. Un sedicente comunicador que finge ante la cámara estar de barro hasta las rodillas; una influencer –qué plaga– que asegura haber visto camiones frigoríficos salir de los garajes cargados de muertos; la podemia, buscando nazis desde sus pantallas entre los que arrimaban el hombro in situ. La verdadera máquina del fango. Mala gente que camina y va apestando la tierra.
CINCO. Mazón, comiendo con una periodista estupenda –y estupenda periodista– y Sánchez, subido en el Pedromóvil en la India con la imputada Begoña. Y mientras tanto, los ríos desbordados y los muertos flotando por las calles. Si defiendes a Mazón porque a Sánchez no hay que darle ni agua o a Sánchez por joder a la fachosfera es que te mereces ser el próximo ahogado.
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