La edad y la política

29 de junio 2024 - 03:07

No sé si han reparado en que vivimos una política en la edad de los líderes está cambiando. Hasta hace no mucho tiempo, los hombres y mujeres que gobernaban el mundo tenían entre cuarenta y setenta años, con algunas excepciones tanto al comienzo como al final de su carrera política. Sin embargo, dentro de la crisis de las democracias que vivimos, este elemento también cambia. Así, mientras Francia podría tener un primer ministro de 28 años dentro de dos semanas, el próximo presidente de los Estados Unidos el próximo noviembre podría tener 78 o 81 años. Casi una vida les separa, pero el poder les podría unir en dos de los países más importantes del mundo.

De hecho, la edad del candidato y, sobre todo, la capacidad del mismo para ejercer el cargo inherente a su avanzada edad está siendo uno de los elementos decisivos de la campaña electoral norteamericana. Los ecos del debate Biden-Trump han hecho sonar todas las alarmas en el partido demócrata y aunque algunos minimizan las dudas, momentos en que el candidato perdió el hilo de la argumentación o dijo cosas que no se entendían y defienden todavía su capital político para que continúe todavía en la carrera presidencial. Por el contrario, son muchas las voces que sugieren que Biden haría un flaco favor al país y al partido demócrata sino se retirara, diera paso a una convención y a un nuevo candidato a presidente. En el debate Biden no consiguió sacudirse el peso de la edad, mientras que Trump le atacó con la con la inmigración, con la política exterior y con la economía y con una batería de bulos. Biden pasó al ataque con el aborto, con los riesgos para la democracia y con que Trump sea “un delincuente convicto”. Ambos adjudicaron al otro la etiqueta de haber sido el “peor presidente de la historia” de Estados Unidos. El Presidente llevaba preparado el debate pero su imagen, un tanto errática, le hizo ganar el debate a un Trump ya conocido y con sus recursos de siempre. Es evidente que las caídas, despistes y lapsus de presidente Biden llevan tiempo poniendo de manifiesto que es un candidato mayor para un segundo mandato en la Casa Blanca. Sin embargo, dado que Trump puede seguir en la carrera electoral los demócratas se enfrentan a un difícil dilema y quizás haya que optar por el mal menor: minimizar la importancia de este debate, mostrar unidad alrededor de Biden, los aciertos de las políticas de su primer mandato y su programa para el segundo mandato y concentrarse en las debilidades de Trump hasta el final de la campaña.

En el caso de las elecciones legislativas francesas del 30 de junio y 7 de julio, cuya primera vuelta tenemos este domingo, y en el que es posible una victoria de la extrema derecha, representada por el Reagrupamiento Nacional (RN). El próximo primer ministro francés podría Jordan Bardella, mano derecha de Marine Le Pen, auténtica líder del movimiento. Bardella, de 28 años, con una carrera fulgurante –con apenas 23 eurodiputado y presidente del partido con 27- y un político nato, la cara amable del populismo de derecha francés –no es agresivo, ni faltón como Trump- podría superar a Gabriel Attal que con 34 años es el primer ministro más joven de Francia-. Cae bien. Político ambicioso, de fachada… ¿O hay algo más?

¿Demasiado joven o demasiado viejo gobernar? En Estados Unidos y en Francia, el populismo de derechas podría hacer posible que casi cualquier edad parezca posible para estar en el poder. En cualquiera caso, por favor, ni Bardella, ni Trump.

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