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Rafael Padilla
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Crónicas levantiscas
Pedro Sánchez le ha puesto las bolas a Juan Espadas como se las colocaban a Fernando VII sus compañeros de billar. Portavoz del Senado, primera figura de la Cámara baja y, ahora, durante este fin de semana, presidente del 41º Congreso Federal del PSOE, la batuta del cónclave para él, más de mil delegados y otros tantos invitados en el plenario, para que te luzcas, un regalo, Juan, pero Espadas es un hombre de principios: aburrió a todos con un discurso de 20 minutos durante el que hasta sus compañeras de mesa se pusieron a hablar entre ellas para pasar el rato. No es un demérito, Santos Cerdán tampoco es un buen orador, pero su función en el partido es otra, el navarro se encarga de poner orden, no de encabezar los carteles electorales. Diana Morant, la ministra valenciana, sí puso en pie al Congreso, ella sí será quien se enfrente a Carlos Mazón en las próximas elecciones.
El Congreso Federal de esta semana es en buena medida un congreso mudo. Cuando Pedro Sánchez lo convocó, el PSOE quedó emplazado para digerir uno de los grandes asuntos de esta legislatura, la piedra de clave de la España autonómica, la financiación de las comunidades y la eventual singularidad catalana, pero la agenda de los tribunales se ha tragado todo el debate hasta convertir el cónclave en un muro de defensa de Pedro Sánchez. La psicología del grupo explica estos comportamientos, ante un ataque de estas características, los individuos se cohesionan y eluden las diferencias. Pero aquí no se han guardado ni las formas.
Fue una delegada de Izquierda Socialista quien alzó la mano en el plenario para romper la impostura de un cónclave que venía dispuesto a no debatir siquiera el informe de la Ejecutiva saliente. No es un asunto menor, en el pasado congreso federal, el de Valencia, también se aprobó por asentimiento porque el secretario de Organización de aquellos cuatro años fue José Luis Ábalos y ya estaba apartado.
La de Izquierda Socialista pidió debatir sobre la gestión en pleno, pero Espadas sólo se dio por enterado. Podía haber manejado mejor la situación, pero con su silencio contribuyó a la sensación de que este Congreso va de discursos, de vídeos y de aplausos. Hace 10 años la votación del informe servía para medir la temperatura interna de cara a la formación de la Ejecutiva.
Este es un congreso de trámite, concebido para abrir el resto del proceso en las federaciones y en las direcciones provinciales, Sánchez gobierna España en cohabitación con el poder autonómico de PP, necesita a más Salvadores Illas y no parece que Espadas sea uno de ellos.
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