Fe de erratas

27 de diciembre 2024 - 03:05

Supongo que, los que me leen cada viernes, querrán saber algo más del que suscribe, si bien por el contenido y los enfoques deducirán someramente el sincretismo del que saco pecho y que puede servir como tarjeta de presentación; algunas veces servirá como un billete hacia la lapidación por no someterte a nada, ni a nadie, o curiosamente producirá algún atisbo de admiración por aquellos que callan o silencian la evidencia.

La irrupción de internet ha impelido el cainismo y la polarización. Las tres www –que se antepone en cualquier enlace– equivalen al 666 según la simbología de las grafías hebraicas. Últimamente nadie capta el sarcasmo o la ironía. Hay que explicar una y otra vez lo evidente o el doble sentido. Nadie atiende a la Verdad sino a su verdad.

Ideológicamente, la mayoría se posiciona estrictamente en todos y cada uno de los dictámenes y tesis de sus partidos. Se aprecia mucho más a un votante sumiso que a uno reflexivo. En cuanto lanzas un mínimo de autocrítica te fusilan. Es imposible salirse del camino marcado. No se puede hablar al mismo tiempo del sadismo cruento de Hamás y del genocidio del gobierno israelí. Es imposible ser creyente y defensor de los derechos Lgtbi. No puedes subrayar la explotación de muchos trabajadores en determinados sectores, ni aupar a los empresarios o emprendedores que lo apuestan todo por sus negocios y el progreso. No puedes ser de izquierdas y enfrentarte a la segregación de una parte de España y a sus corruptos mandatarios porque hay un gurú que los favorece y mima, yendo en contra del principio básico de igualdad de todos los ciudadanos. No se puede ser de izquierdas y defender a ultranza la propiedad privada. Hay que dejar que los okupas te amarguen la vida. Si cuestionas determinados valores tradicionales, por su atraso y atemporalidad, puedes ser un rojo malvado. Si sugieres que haya más presencia policial y seguridad en las calles te pueden tildar de facha. Si atacas al machismo rancio, ya eres un feminista radical. Si consideras que la mujer es dueña de su cuerpo, le estás señalando el camino de la prostitución. Si no te gusta el sufrimiento gratuito del toro en el ruedo, ya tienes otra etiqueta. Si estás totalmente a favor de las energías limpias, ya sabes lo que te espera. Es imposible proteger al menor y al mismo tiempo ignorar la tiranía a la que son sometidos algunos maestros, padres o madres por parte de algunos diablillos.

El sentido común y la libertad de opinión: Ubi sunt? Algunos te empujan al otro lado.

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