Frente abierto

17 de agosto 2024 - 03:07

Desde que comenzara la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022, pocos episodios han sido tan sorprendentes como los ocurridos estos días con la respuesta ucraniana en la región de Kursk. La falta de argumentos de Putin ante sus ciudadanos, y la sensación de falta de control de la situación, empiezan a pasar factura. Probablemente Rusia consiga expulsar a los ucranianos de su territorio, pero la sensación que transmite es que cualquiera puede penetrar en su país y encontrarse ante los brazos cruzados de sus milicianos.

Hace poco más de un año que el grupo Wagner, dirigido por Prigozhin, decidió darse la vuelta en Ucrania, rebelarse contra Putin y llevar su ejército a las puertas de Moscú. Nadie era capaz de frenarlo y poco faltó para el asalto final al Kremlin. Pero el respeto por su país y el establecimiento de interesantes contratos de defensa consiguieron parar el levantamiento. La casual muerte posterior, al estrellarse el avión en que viajaban los responsables de Wagner, será mejor dejarlo en el historial de suicidados que no deja de crecer alrededor del propio Putin. Pero esa rebelión marco la estrategia para que hoy sea Ucrania la que intente una respuesta similar. Y el problema es que éstos no van a parar ante cualquier propuesta económica, ni van a cejar en su empeño.

El mundo entero observa con atención los efectos de este nuevo e inquietante episodio bélico. Los gobernadores rusos no dejan de alertar a la población y evacuarla al interior del país, abandonando casas, empresas e infraestructuras. Parece que el objetivo es dejar asolada la zona antes de una intervención masiva, que sigue sin producirse. ¿Pretenden el lanzamiento de armamento nuclear a la desesperada? Nadie puede presagiar que pasa por la cabeza del mandatario ruso, pero tanto sus aliados como sus enemigos están absolutamente sorprendidos de la fragilidad de su defensa y de la lentitud de su respuesta.

Cabe pensar que esté preparando una contestación acorde a la magnitud de lo sucedido, pero, al igual que su socio venezolano con las actas electorales, el tiempo corre en su contra. Son ya más de 80 localidades conquistadas, cientos de soldados apresados y varios aeropuertos destruidos en territorio ruso, sin apenas resistencia. Está claro que Zelenski conoce el arte de la guerra: “Puedes estar seguro de tener éxito en tus ataques si solo atacas lugares que no están defendidos”.

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