La Rayuela
Lola Quero
Nadal ya no es de este tiempo
Comenzamos el año 2024 con nuevas e interesantes oportunidades en el horizonte. Cabe destacar la ampliación del espacio Schengen a Rumanía y Bulgaria, consolidándose así como uno de los mayores territorios de libre movimiento para mercancías y personas del mundo. Ya son casi 450 millones de ciudadanos europeos los que pueden desplazarse entre naciones democráticas sin control fronterizo alguno. Es de apreciar que una región que históricamente ha sufrido tantas guerras, sobre todo por las ansias nacionalistas y expansionistas de algunos, hoy base su fortaleza en la libertad. Pero esto tiene sus amenazas, ya que atrae las envidias y desesperación de aquellos países limítrofes cuyas políticas nacen del miedo y la subyugación de su pueblo. Ahora toca decidir que principios regirán cada opción política: la socialdemocracia y la democracia cristiana, que han fundado la Europa actual, o las estrategias imperialistas de las dictaduras externas. El juego ha empezado.
En los próximos años serán Ucrania, Moldavia o Chipre los países que se incorporarán a este tratado de libre movimiento. La dinámica internacional nos lleva a abrir espacios de libertad que, si bien pueden parecer débiles frente a los que se creen todopoderosos, son fuertes ante los retos del futuro. Sirva de contraejemplo la actual estrategia de la federación rusa de fabricar armas sin descanso, desoyendo las necesidades económicas y materiales de su población. Es la segunda ocasión en menos de un siglo que se enfrenta a su propio empobrecimiento por tal de mantener una alocada carrera armamentística. Ya la primera vez le costó la caída del comunismo, y hoy China se frota las manos ante la posible absorción de tan vastos territorios.
Hoy también tenemos en nuestro país retos que condicionan nuestra libertad. La estrategia de crear reinos de Taifas, donde el Estado desaparezca, empequeñece inexorablemente la realidad de España. Y encerrarse en Moncloa, pasear en Falcon cargado de buenas viandas o huir de todo debate incómodo en el Congreso no deberían forjar la supervivencia política. Pero el inmenso poder territorial del PP, junto con la presión de los socios independentistas del PSOE, ningunean hoy toda decisión del gobierno central. Y esto no hace más que generar temor e impide el avance nuestro país. Como bien decía el novelista egipcio Naguib Mahfuz: “El miedo no evita la muerte. El miedo evita la vida”.
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