El balcón
Ignacio Martínez
Negar el tributo y lucir el gasto
Cambio de sentido
Alma cándida y ajena a –casi– todas las modas cibernéticas, antier tarde entré en un conocido supermercado del barrio vestida en coherencia a los 40 grados que estaban cayendo: sandalias de cuña y batita corta. Noté a la clientela más risueña que de costumbre (lo finos que nos ponemos en una librería y qué siesos en el súper). Alguien rozó su mano con la mía al ir a coger el mismo brick, nos disculpamos y seguí mi camino. Qué iba yo a saber que ahora el trending topic, nenas, es ligar entre lineales, con ese aire acondicionado que enfría las ganas y esa melodía satánica que repite el nombre del sitio hasta tatuárnoslo en el sistema límbico. Yo, que pensé que la gente de súbito se había vuelto buena, ahora me entero de que el asunto iba de pillar cacho. Heidi a mi lado es Mae West.
Disculpen que les agüe la fiesta, pero este furor en el ultramarinos lo veo un signo, otro más, del final de los tiempos. No sé en qué momento parcelamos el cortejo hasta el punto de fijarle a hierro sitio, hora o app. Sé que este pitorreo de ir al súper a ver si nos sale un novio de marca blanca apesta a márquetin digital de última generación, mas trasluce un desplazamiento del temaquemequema a entornos muy raros. Incluso nos conmina a adoptar roles-estanco: el mismo témpano viviente que ni te mira en la barra del bar (de sonreír ni hablamos), es contigo el erotismo con patas en una aplicación de citas. Ítem, el peterpapanatismo, del que nos previno hace décadas Agustín García Calvo, ha triunfado. Una cosa (necesaria) es dejar ser al niño o a la niña que, indócil, vive en cada cual y hacernos cargo de ella o de él, y otra la infantilización de la sociedad, que la hace manipulable en extremo. Otrosí, mientras corremos a hacer el cocacola por esos pasillos –y grabarlo y subirlo a las redes, la Sociedad del Espectáculo ha trocado en Sociedad del Numerito–, leo que los supermercados en esta semana de regreso de las vacaciones han hecho coincidir (¿magia?, ¿casualidad?) los precios de productos básicos. Facua alerta de un posible pacto. Hablamos además de hacerle propaganda de gratis a una cadena con beneficios récord en el pasado año, que gana más que sus competidores directos juntos. Beneficios en los que quizá tenga que ver la subida gorda de los precios y el margen que obtiene en relación a productores tales como los del aceite de oliva. Pero, nada, nosotros a lo nuestro, a mover el culo mientras empujamos el carro… Cruising en la sección de charcutería ¡ya!
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