
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La falla Pumpido
Descubro en un interesante artículo de Tereixa Constela en El País que Amy Winehouse, al parecer, era una buena lectora. La chica de voz de terciopelo siempre en el filo de la navaja de la autodestrucción con el alcohol y de las drogas. No sé por qué parecía mejor que nunca cantando Body & Soul con Tony Bennet, su despedida.
Viendo en youtube la grabación de ese tema y como cantan ambos ese tema en ese disco de duetos, recuerda uno a Cortazar y aquel famoso relato de El perseguidor. Al final, el músico es un perseguidor insatisfecho consigo mismo y con su propia música. Persigue una quimera y, por ello, su vida es desordenada y calma su inquietud con la bebida y las drogas. Sin embargo, tiene ese momento mágico cuando entra en el estudio de grabación y graba una maravilla, que expresa todo su talento. Cortazar pensaba en Charlie Parker, entre otras cosas, por su pasión por el jazz. Sin embargo, atrapó como nadie ese momento sublime del talento de los músicos que vivieron peligrosamente.
Amy, curiosamente, perteneció al club de los 27 (Jimy Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain). De todos ellos el más literario fue, sin duda, Morrison que no sólo lideró a los Doors sino que se sentía poeta y escribió y publicó su poesía antes y después de su final. Amy parece una lectora sin pretensiones pero que quizás buscó en una biblioteca pequeña –de algo más de doscientos libros, comics y novela gráfica- divertirse y también quizás vivir otras vidas mejor que la suya o también encontrar alguna respuesta a su insatisfacción y a su curiosidad. Al parecer le interesó a Bukowsky, Mijaíl Bulgákov, James Ellroy, Salinger, Chéjov, Arthur Miller, Scott Fitzgerald, Hillary Mantel y J. K. Rowling, literatura beat y underground.
Cesare Pavese escribió “la literatura es una defensa contra las ofensas de la vida”. El éxito de Amy no pudo ocultar tener una vida rota en lo personal. Sin duda, siguió a Pavese, probablemente, sin leerlo. Leemos por curiosidad, por goce, por vivir otras historias pero también como un refugio. Lo dijo Willian Sommerset Maugham: “Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida”. Mira tú por donde Amy Winehouse pertenecía a esa gente que lee.
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