Una gran ciudad

Málaga es una ciudad que se está haciendo grande con su arquitectura. La idea no es mía, sino de José Manuel Cabra de Luna, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y anfitrión, el pasado jueves, en la presentación del segundo volumen de la colección que está institución está dedicando a la arquitectura malagueña contemporánea.

Málaga se hace grande con su arquitectura, y lo hace sin tener que recurrir a los grandes maestros, sino de la mano de un nutrido elenco de profesionales, en muchos casos locales, que llevan años dando lo mejor de ellos para realizar una arquitectura de calidad en un contexto fuertemente comercial y especulativo. Así lo ha entendido la Academia y, en especial, los miembros de su Sección de Arquitectura, formada por los arquitectos Álvaro Mendiola Fernández, Ángel Asenjo Díaz, Rafael Martín Delgado y Javier Boned Prurkiss. Cuatro pilares sobre los que se sostiene esta iniciativa encaminada a acercar al público general esas obras con las que se está configurando la ciudad y la provincia del siglo XXI. De mostrar una arquitectura que en muchas ocasiones pasa desapercibida a los ojos del ciudadano, pero que constituye la herencia patrimonial que catalogarán y protegerán las próximas generaciones. Una arquitectura que se debe empezar a respetar desde su conocimiento y comprensión.

La presencia de escuelas de arquitectura facilita la visualización de la buena arquitectura contemporánea de las ciudades en las que se encuentran. El debate que generan y las publicaciones que promueven contribuye a la difusión del trabajo de unos profesionales que no siempre son mejores que los de otras urbes. Sevilla y Granada han aprovechado esta circunstancia que en muchas ocasiones ha generado la sensación de que en el resto de provincias andaluzas no se hacía obras de calidad. La Academia lo ha entendido y se ha propuesto corregir esta situación. El jueves, su presidente anunció la tercera entrega de una colección, magistralmente editada por el también arquitecto Enrique Bravo, que va más allá en la presentación de los edificios para descubrirnos esos dibujos íntimos con los que los autores gestaron su obra y sin los cuales no se termina de entender. Málaga pretende ser muchas cosas, pero con estas publicaciones, de acceso gratuito en la web de la Academia, se acerca cada día un poco más a su propósito de ser realmente una ciudad de la cultura.