25 de octubre 2024 - 03:07

Cuando le regalé una entrada al musical por su cumpleaños, no sabía que yo también me estaba haciendo un maravilloso regalo. El abarrotado Teatro Soho aplaudía a rabiar uno de los musicales más completos que he podido presenciar a lo largo de mi vida. El precio de la entrada me pareció incluso irrisorio para todo el trabajazo que conlleva la obra y el talento que desborda.

El musical es el más completo de todas las artes escénicas, a saber, posee una historia contundente que impele a la reflexión, dividida en actos como en el teatro; números coreográficos que participan de los presupuestos de la danza y el ballet; diversas y valiosas interpretaciones cómicas y dramáticas; voces y cantos, tanto coordinadas como en soliloquios, que conectan con la ópera, zarzuelas o conciertos. Esto puede demostrar el auge de este género, que es un compendio de todo lo demás. Madrid, junto con Londres y Nueva York, es uno de los principales focos mundiales que acogen estas manifestaciones artísticas y culturales. Indudablemente, Málaga estaba buscando su lugar y lo está consiguiendo, sobre todo después de presenciar este soberbio espectáculo.

Siempre he valorado una película o una obra de teatro partiendo del presupuesto, del objetivo y lo que se consigue: en este caso se roza el sobresaliente. Si nos centramos en la historia, nos hallamos ante una Marta Ribera brillante, única. Ella representa a Rose, una madre controladora y manipuladora, que desea a toda costa que sus hijas, Lydia Fairén como Louise y Laia Prats interpretando a June, triunfen a toda costa en el mundo del espectáculo y del vodevil. Su ambición le lleva a destruir aquello que más quiere y lo que le rodea, como el amor que sentía por ella Herbie, interpretado por un entrañable Carlos Seguí. Hacía tiempo que no veía tanta química en un escenario como la que desprenden estos cuatro personajes. Quisiera destacar igualmente la portentosa orquesta que acompaña este elenco. La música y el sonido son básicos obviamente en un musical, ya que es la arteria por donde discurre todo este complejo entramado. El deleite es máximo cuando te dejas seducir por esta magnífica propuesta que ha bordado Antonio Banderas.

Mi más sincera enhorabuena por esta asombrosa combinación de talento y trabajo. Hay que acudir al teatro y a los musicales. Tenemos que culturizarnos mucho más para poder desprendernos de toda esa frivolidad que nos carcome a diario y nos ridiculiza. Alimentemos al espíritu y desarrollemos un poco más algo que el ser humano está soslayando: la sensibilidad y el gusto por el arte y la cultura.

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