La izquierda escatológica

La ciudad y los días

La izquierda escatológica gana terreno en España. A Yolanda Díaz mandando a todos a la mierda le ha seguido Puente llamando saco de mierda al jefe de prensa de Alvise. Y esta vez no se ha tratado de un micrófono indiscreto: lo ha tuiteado en su cuenta. Las aclaraciones de Yolanda Díaz fueron peregrinas: se lo dijo a Sánchez como expresión de su hartazgo, no como un insulto dirigido a la oposición, explicó en declaraciones a diferentes medios. “No insulto nunca a nadie, escucho con muchísima tranquilidad… Me dirijo al presidente del Gobierno y digo “a la mierda” con una sensación de hartazgo… No he mandado a la mierda, dije “a la mierda”, que es diferente… Cuando acabó el presidente del Gobierno, después de toda la sarta de insultos, improperios y acusaciones gravísimas que recibió, no sólo el presidente, sino el Gobierno de España al completo, sí, dije ‘a la mierda’ como una expresión de se acabó, de ya está… Ya está bien de hacer política con insultos, con groserías, con mentiras”. Fiel a sí misma, y luchando incansablemente por erradicar los insultos y las groserías de nuestra vida política, pocos días después, en un mitin de Sumar en víspera del 9 J que tan bien les fue, repitió varias veces “¡Sí, a la mierda!”.

Óscar Puente, en cambio, muy en su papel de Goliat chocando cabezas mientras canturrea “me llaman el cascanueces” o de Bud Spencer del PSOE al servicio del Capitán Trueno o el Terence Hill que es Sánchez, “el puto amo”, no da ningún tipo de explicación. Ha llamado “saco de mierda” a quien según él se lo merecía por mentir. El aludido no es precisamente un ejemplo de deontología periodística, pero ello no excusa la grosería. Si nos ponemos a mandar a la mierda o a llamar saco de mierda a quienes juzgamos que se lo merecen este país se convertiría en una inmensa y rebosante letrina. Y ya dice el refranero lo que pasa con tanto traer a colación los excrementos: “Eso es como la mierda, que cuanto más se menea más hiede”.

Ya se verá si el plan de regeneración democrática que Sánchez presentará antes de que acabe el verano –inspirado por “la campaña de acoso” que él y su familia sufrían, al igual que la amnistía se la inspiraron los votos de ERC y Junts y la financiación singular se la ha inspirado la investidura de Illa– contemplará o no como práctica legítima mandar la oposición a la mierda o llamar saco de mierda a quienes difunden noticias falsas.

stats