La mal cantá

Mal favor le hace a la copla ese churro fracasado de TVE llamado La bien cantá, un talent show al que le sobra la primera palabra. Pretende una fallida modernización del género tuneando el Se llama copla que emitió Canal Sur entre 2007 y 2016. Se requiere mucho más talento y creatividad en orquestadores e intérpretes para actualizar un género con un siglo de vida y canciones que forman parte de lo que Manuel Vázquez Montalbán llamó Crónica sentimental de España en su pionero libro de 1969, versión escrita de lo que la genial Canciones para después de una guerra de Martín Patino representó en imágenes solo dos años después (aunque a causa de la censura no se pudo estrenar hasta 1976): los dos primeros reconocimientos desde la intelectualidad de izquierdas –y en pleno franquismo– del valor de la cultura popular moderna española, tan despreciada por la intelligentsia. No merece la copla el tratamiento que TVE le ha dado en este programa, tan fracasado que tras sus dos primeras emisiones tuvo que cambiar su día de emisión para caer aún más bajo –un 5,9%– en audiencia.

Tesoro de la cultura española que en palabras de Manuel Machado funde el corazón en el alma popular, la copla, como la chanson francesa o la pop song americana (el término pop nació en los años 20 referido a las canciones con éxito), fue la expresión española de la moderna música popular. Evolucionada desde finales del siglo XIX sobre raíces antiguas, creativamente contaminada por la zarzuela, el nacionalismo musical, la tonadilla, el cuplé o el flamenco, vivió, como toda la canción popular moderna, su primera edad de oro en los años 30 gracias a la interacción entre los escenarios y los modernos medios de comunicación: el disco, la radio y el cine sonoro. Lo que empezó en los años 10 y 20 con estrellas como Raquel Meller, triunfadora en París, Nueva York o Buenos Aires, y compositores como José Padilla, cuyas canciones fueron cantadas por la Meller, su rival Mercedes Serós, Gardel, Mistinguett o Maurice Chevalier en los escenarios de todo el mundo, conoció en los años 30 su primera edad de oro con Imperio Argentina, Estrellita Castro, Miguel de Molina, Angelillo o Concha Piquer triunfando desde los escenarios, los discos, la radio y las pantallas. Mejor tratamiento merece este tesoro musical que el que le ha dado TVE metiéndose con hortera arrogancia en camisa de once varas.