
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Manías de primera hora
Ahora que, inevitablemente, hablamos tanto de Estados Unidos, ¿será 2025 un annushorribilis? Hace exactamente un siglo, 1925 fue, por el contrario un annusmirabilis de la literatura norteamericana. Como escribe Eduardo Lago en El País, centrándonos tan solo en la novela, aquel año vieron la luz cuatro títulos de gran resonancia histórica: Una tragedia americana, de Theodore Dreiser; Ser americanos, de Gertrude Stein; Manhattan Transfer, de John Dos Passos, y El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald. A ellos es preciso añadir En nuestro tiempo, la primera colección de cuentos de Ernest Hemingway. También en 1925, William Faulkner recibe la noticia de que una editorial neoyorquina ha aceptado el manuscrito de su primera novela, La paga de los soldados. A partir de ese momento, la gran novela norteamericana empezó a ser una influencia continua entre los tres estilos, tan distintos, los de Faulkner, Hemingway y Scott Fitzgerald.
Sin embargo, los Estados Unidos de 2025 poco tienen que ver con los de su literatura gloriosa de hace un siglo. Desde luego, Jay Gatsby tiene poco que ver con Trump y, desde luego, el actual presidente de los Estados Unidos jamás será retratado por un escritor tan extraordinario como Francis Scott Fitzgerald, un cronista inigualable de los ricos de su época, atraído por su estilo de vida, pero también consciente como nadie de la decadencia. Hay detrás de su estilo elegante un caballero con principios en cada una de sus historias.
Trump no puede ser Gatsby jamás, a pesar de que el origen de la fortuna de ambos es tortuoso. En la película El aprendiz dirigida por Ali Abbasi, escrita por Gabriel Sherman y protagonizada por Sebastian Stan, se cuenta la carrera de Trump como empresario inmobiliario en Nueva York en las décadas de 1970 y 1980. Intenta refleja la escalera al cielo del éxito, desde los comienzos con su padre, hasta el camino de aprendizaje de los principios de su credo del éxito de la mano del polémico abogado Roy Cohn -atacar siempre, no admitir nunca el error y cantar siempre victoria, incluso si es derrotado- hasta el primer gran éxito, Trump quiere convertir el abandonado Hotel Commodore, cerca de la Grand Central Terminal, en un Hyatt. Cohn, chantajeando a funcionarios con grabaciones de audio, ayuda a Trump a conseguir una desgravación fiscal de 160 millones de dólares para el proyecto, lo que indigna a los defensores de los pobres. Trump desarrolla la lujosa Trump Tower, menospreciando los logros menores de de su padre con él que no cuenta para esta operación, y los medios de comunicación empiezan a tratarle como un magnate de éxito. La película termina con una reunión con el escritor que escribe su biografía The Art of the Deal donde sigue los principios aprendidos de Roy Cohn. Cuando termina la película, uno piensa: un personaje muy poco recomendable.
Esta semana Trump nos ha expuesto su plan de aranceles y, de momento, las bolsas bajan y los países se preparan para responder con una política arancelaria similar. Europa se prepara para responder de una manera unitaria. En España el ministro de Economía está preparando un plan de respuesta en el que desea que haya consenso con todas las fuerzas políticas y sociales. Algunos hablan ya de que podríamos entrar en recesión. Ante un estado de incertidumbre tal, lo mejor será seguir el consejo de James Salter, ese maravilloso escritor que fue piloto de combate en la Guerra de Corea y escribió: “Nos entrenaban para mantener la calma. Era un sello, un distintivo, un requisito, un hecho”. La política, y la economía, de hoy, requieren más que nunca mantener la calma para poder tomar las decisiones y las políticas adecuadas. No sabemos todavía el impacto exacto de este cambio de reglas de juego en el mundo.
También te puede interesar
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Manías de primera hora
Cajón de sastre
El quinto mandamiento
Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Cosas que nos gustan
Mesa 8
Juan López Cohard
El dibujo
Lo último