Mejor buen sillón que mal ideal

La ciudad y los días

15 de julio 2024 - 03:06

Han pasado solo cuatro días desde que Abascal le vino a decir a Feijóo que si seguía por el camino humanitario con los menores no acompañados y solidario con las autonomías, se tiraba de la barquilla del globo de los pactos. Hay que comprenderle: humanitario y solidario son conceptos opuestos al ideario xenófobo de Vox y al rumbo de agitcoz (versión de la extrema derecha de la agitprop comunista) que ha tomado alineándose con Orban.

Feijóo hizo lo que humanitaria y solidariamente debía hacer y Vox se tiró del globo. Si el PP lo hace bien, esta suelta de lastre le permitirá subir hasta alcanzar los vientos del centro derecha, que son los suyos. Y de paso le pondrá más difícil a Sánchez lo de la alerta antifascista y la fachosfera. Aunque, como gavilán pollero del gallo Claudio Zapatero (recuerden los dibujitos de la Warner) que es, no tendrá empacho en seguir poniéndole a Feijóo el fajín y las gafas oscuras de Franco y en considerar al PP el heredero del régimen.

Que Cataluña, cuyos apoyos compró a ERC y Junts a golpe de indultos y amnistía, se desmarque del acuerdo que aceptan todas las comunidades del PP tampoco le quitará el sueño. Vox manchaba al PP, pero ERC y la extrema derecha de Junts no le manchan a él, investido de un mesiánico “noli me tangere”. Los vascos –otro de sus apoyos– también se desmarcan aduciendo que Vizcaya tutela 511 menores, Guipúzcoa 142 y Álava 70, mientras –dicen– La Rioja “apenas tiene cuatro”. Denuncian que “el actual reparto de los menas en el Estado es asimétrico”. Y es sabida la pasión vasca –véase el Régimen Foral– por la simetría e igualdad entre las autonomías.

Y ahí andan los de Vox, dudando entre principios y sillones. “Mi partido no le tiene apego a los sillones, a lo que tiene apego es a sus principios”, ha dicho la presidenta de las Cortes Valencianas, único cargo institucional que mantiene Vox en la comunidad. Bueno, cuando los principios son los suyos, son preferibles los sillones (como eran preferibles los falangistas pancistas que Franco puso en nómina a los puros de la revolución pendiente). Es lo que ha hecho en Extremadura Ignacio Higuero, que ha decidido seguir en la Junta porque “Vox ya no representa mis ideales”. Al final ganó María Guardiola después que desde Génova le impusieran pactar con Vox, al que consideraba xenófobo y machista. Bravo. Bienvenidos sean los desertores. Mejor buen sillón que mal ideal

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