Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Todo lo que era sagrado
Baja el paro y aumenta el producto interior bruto. Los datos macroeconómicos de Málaga son buenos. No lo digo yo, lo dice en Colegio de Economista y se hacen eco los medios de comunicación. Pero algo se nos escapa. Comprarse una vivienda en Málaga es, cada día que pasa, más difícil para un malagueño. Y decir “cada día” no es una frase hecha, es la realidad en una ciudad en la que su precio aumenta por semanas. Un 49 % desde la pandemia. Más que en cualquier otra capital. Pinchamos en el alquiler, donde empatamos con Mallorca en un incremento del 46 % y necesitaremos la prórroga de los próximos meses para saber quién se lleva la palma. Si medimos el éxito del modelo económico de la capital por la revalorización de sus inmuebles, copamos el palmarés olímpico, aunque las medallas las recojan los de fuera, que juegan en otra liga. Un tercio de las viviendas las compran ellos, que se diferencian de los nativos en algo más que ser altos y rubios como la cerveza. Comprar o alquilar una vivienda demanda algo más de que exista oferta. También exige un precio acorde con el nivel económico del comprador. Que no le exija destinar más de un 30 % de los ingresos familiares. Lo que tiene una segunda lectura si comparamos la situación actual con la que se podía vivir en los 80: a estos efectos, la unidad familiar son dos miembros. Tú solito lo llevas el doble de difícil. La web del Idealista recoge 1.352 pisos en alquiler en la capital. Con una renta media per cápita disponible de 22.636 €, que un malagueño le dedique un 30 % supone un alquiler menor de 679 €/mes y la oferta en el portal se reduce menos de 30 unidades. Divorciarse es tan imposible como que tu niño se vaya de casa. Si se va con su pareja, dispondrán de 1.300 € y podrán elegir entre algo más de 600 ofertas. Si tienen suerte. Dedicándole el 52 % de sus ingresos, media del esfuerzo económico que refleja el mismo portal, les quedarán 900 € a cada uno de ellos para sus gastos y ahorrar en previsión de una nueva subida del alquiler. Alquilar en Málaga no es difícil si se tiene un trabajo, bueno. La tasa de paro en Málaga capital pasó del 14,7 % en 2006 al 17,5 % en 2022, mientras que la renta per cápita sigue sin superar la media nacional. En ese periodo, el aeropuerto paso de recibir 13 millones de pasajeros a más de 22. A falta de mayores explicaciones, da la impresión que mientras más trabajamos, menos ganamos.
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