Quizás
Mikel Lejarza
Toulouse
Tengo la impresión de que en el Gobierno y en el PSOE hay bastante nerviosismo con la situación procesal de Begoña Gómez que ni tiene, ni tiene por qué tener, otro papel en España que la de ser la esposa del presidente del Gobierno. Pero, precisamente por eso y solo por eso, su comportamiento debe ser y, además parecer, honrado y honesto como corresponde a la mujer del César. El Gobierno a coro, algo muy habitual, repite que “no hay nada” y los progres, alienados súbditos del líder, que cada vez se parece más al líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-Un, expanden a los cuatro vientos noticieros que “todo son bulos promovidos por el PP en una cacería a Begoña inhumana y cruel”. La defienden, arremetiendo contra el juez, que no hace más que cumplir con su obligación, alegando que quién la ha denunciado es una organización de la extrema derecha, como si la denuncia hubiera que admitirse o no a trámite en función de quién la haga. Hemos visto admitir a trámite denuncias de la extrema izquierda y de organizaciones filoterroristas y lo hemos visto como algo normal, porque es el juez quién admite a trámite y dicta sentencia y no el denunciante. Todo ello solo muestra una grave deficiencia democrática en la actual izquierda, esa que no se cansa de llamarse a sí misma progresista y que se alinean con dictaduras tan progresistas y democráticas como la de Cuba, Venezuela o Irán.
Decir en el caso Begoña que “no hay nada” no hace más que aumentar las sospechas de que sí que hay. Veamos, hay dos cartas firmadas por ella recomendando al empresario Barrabés en concursos públicos en los que su empresa fue beneficiaria. A eso hay que añadirle las relaciones de este empresario con Begoña Gómez e incluso con Pedro Sánchez, ya que ha declarado haberse visto con los dos en la Moncloa. Si la empresa de Barrabés, Innova Next, consiguió adjudicaciones públicas por un total de más de 20 millones de euros en los años 2021 y 2022 (5 veces más que en los seis años anteriores) y además consiguió ganar el 90% de sus contratos públicos tras hacer el máster de Begoña, eso de que “nada, no hay nada y todo son bulos montados por el PP”, suena a cachondeo. Y peor suena si el que lo dice es el ministro de Justicia y notario mayor del Reino, porque si hay o no hay será el juez quién lo diga en su sentencia. Nunca él. ¿Lo hace con cualquier otro ciudadano o solo con los del PSOE?
Y, además: el empresario Barrabés fue promotor del master que impartía Begoña Gómez en la Universidad Complutense de Madrid. El rector, Joaquín Goyache, declaró que fue citado en Moncloa por la secretaria de la Presidencia del Gobierno para postularse (Begoña) a dirigir un master en dicha universidad. En el tiempo record de tres meses (único caso en la historia) se aprobó el master que fue el embrión de la cátedra de la mujer de Sánchez, único caso también de una cátedra dirigida por una persona no titulada y sin méritos académicos que lo justifique. El vicerrector Doadrio confiesa que recibió la orden directamente del rector para crearle la cátedra extraordinaria. ¿Acaso no hay una seria sospecha de tráfico de influencias? Miren, y por lo que me toca, esto de momento es una ofensa para todos los españoles que somos titulados universitarios, e incluso doctores, para los que dirigir una cátedra necesita de un esfuerzo y conocimientos extraordinarios. Pero, para los del Gobierno, no hay nada. ¡Honor y gloria a la mujer del César!
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