La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
Que internet ha cambiado el mundo a una velocidad sin precedentes, es algo que está fuera de toda duda. Pero que lo haya mejorado es discutible. Una de sus mayores aportaciones es el acceso instantáneo a una vasta cantidad de información, lo que ha democratizado ampliamente el conocimiento. La red permite que las personas se conecten en tiempo real sin importar la distancia. Plataformas como el correo electrónico, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería han hecho posible mantener relaciones personales y profesionales a nivel global. Además, ha creado oportunidades de empleo y ha permitido a las empresas llegar a mercados internacionales. Internet ha incentivado el desarrollo de nuevas tecnologías y servicios, mejorando la calidad de vida de todos en diversas áreas y muy significativamente en lo referido a la sanidad y la educación.
Pero también hay nuevos problemas. La cantidad de información personal que compartimos plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad. Los ciberataques, el robo de identidad y la vigilancia en línea son problemas crecientes que amenazan la seguridad de los usuarios. Igualmente, la facilidad con la que se puede compartir información en internet ha llevado a la propagación de noticias falsas. Esto puede tener consecuencias graves, desde influir en elecciones hasta propagar todo tipo de teorías conspiranoicas y banalizar la cultura. El uso excesivo de internet y las redes puede llevar a la adicción y afectar negativamente la salud mental, causar ansiedad, depresión y una sensación de aislamiento, especialmente entre los jóvenes. Aunque internet ha democratizado el acceso a la información, no todos tienen acceso igualitario a esta tecnología. La brecha digital sigue siendo un problema, con muchas comunidades rurales y países en desarrollo que carecen de acceso a internet de alta velocidad y dispositivos adecuados.
Para algunos internet es una revolución; para otros lo esencial continua igual y la red es un arma extraordinaria para asegurar que nada cambie. Si sirve para crear un mundo mejor o peor dependerá de cómo elijamos utilizarlo. Recientemente varios directivos de Open AI, la empresa madre de Chat GPT, han dimitido porque consideran que la compañía está mutando en una corporación guiada sólo con ánimo de lucro. La batalla de siempre: para nosotros o para todos.
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