
Paisaje urbano
Eduardo Osborne
Teoría del nuevo nazareno
Mesa 8
Hay muchas formas de hacer política y una de ellas, la que hemos presenciado en el Despacho Oval de la Casa Blanca en Washintong, es absolutamente execrable, inhumana y despreciable. Eso ocurre cuando el político, aunque sea desgraciadamente electo, es un ser falto de toda cualidad necesaria para serlo. Trump es zafio, deshonesto, inmoral, chulo hasta llegar a lo grotesco y carente de toda educación y diplomacia. Miente cuanto quiere sin darle más importancia y niega haber dicho lo que acaba de decir. Tampoco es que estemos muy desacostumbrado a ello en España. Me viene a la memoria las palabras escritas por un político socialista al que admiré y tuve una gran amistad, el alcalde de Málaga cuatro legislaturas, Pedro Aparicio. Decía: Para actuar honorablemente en política es necesario, a mi juicio, añadir a los grandes principios generales otros específicos. Por ejemplo, despreciar votos y aplausos mediáticos conseguidos con adulación o demagogia (en una palabra: el populismo), no ofender al adversario, rechazar rumores arteros, no atender otro interés que el general…
Celebro con gran satisfacción la llegada, a la secretaría general del PSOE malagueño, de Josele Aguilar. Y me ha congratulado verle arropado por los históricos socialistas, secretario/as generales y dirigentes como Carlos Sanjuan, Pepe Asenjo, Ruiz Povedano, Enrique Linde, Marisa Bustinduy… (me dejo a muchos, pero el espacio manda), a los que tengo, como a Josele, en la misma estima y admiración que a Pedro Aparicio. Políticos íntegros y honrados que han defendido sus ideas y a su partido con la honorabilidad que reclamaba el alcalde, tristemente fallecido. Pero sé que no lo tiene fácil Josele Aguilar en unos tiempos donde la política que se practica es la política inversa más que la política diversa.
La diversa, o política inclusiva, es la que se ocupa de gestionar las diferentes relaciones que surgen en un contexto diverso, con el propósito de que todos convivan en unidad y sin conflictos, además de contribuir a la creación de una sociedad compartida y de una cultura pública común. No quiero entrar en señalar directamente los casos que estamos viviendo en los que se practica, en lugar de esta política diversa, lo que se llama una política inversa, en la que se desvirtúa la esencia del pensamiento de justicia social y desarrollo sostenible con el fin de llevar al ciudadano normal y corriente, habitualmente desinformado de las realidades políticas, económicas y sociales, a interiorizar los objetivos políticos partidistas como si ellos fuesen el bien general. Política que, a su vez, conlleva el intento de imponer un relato que ahonda en el desprestigio del contrario utilizando todo medio a su alcance, fundamentalmente las redes sociales.
O mucho cambian las cosas o me temo que la arribada de Mª Jesús Montero a la secretaría general del PSOEA, y candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía, no va a propiciar, ni mucho menos, una política de cohesión y colaboración, dentro de la legítima lucha por el poder, entre los andaluces. La trinchera que creó Pedro Sánchez, inventando la fachocracia, en la que nos metió a todos los que no estábamos de acuerdo con él, la trae inyectada en vena la ministra Montero. Ninguno de los socialistas con los que he tenido el honor y el placer de su amistad, ha cavado nunca trinchera alguna. Josele tendrá que luchar con ello. Ánimo, tú puedes.
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