Popurrí de verano

Es lo que traen los calores. Vagos pensamientos inconexos que ayudan a pasar el tiempo en horas en las que el calor es una plasta. Veo que en Benicarló se han manifestado los antitaurinos en contra de la celebración de la fiesta llamada “Bous a la Mar” (Toros al Mar). Me gustaría verlos protestando igual en los San Fermines de Pamplona. No estoy de acuerdo con aquellos que se empeñan en seguir instalados en el pasado. Como bien señalaba el maestro Alcántara, eso de que “cualquier tiempo pasado fue mejor” no es exacto, ni es lo que dijo en sus versos Jorge Manrique, porque el poeta especificó “como, a nuestro parecer”, cualquier tiempo pasado fue mejor. Es importante la puntualización ya que el juicio del tiempo pasado es algo subjetivo. Pero tampoco estoy de acuerdo con aquellos que quieren borrar el pasado, acabando con tradiciones y costumbres de los antepasados, o reconstruirlo, por la vía de eliminar las señas de identidad o cambiando el relato de la historia para que sea acorde, no con lo que ocurrió, sino con lo que les hubiera gustado que hubiese ocurrido.

Es curioso que el “Coro del Fango” siga con su erre que erre mientras conocemos por la prensa que el Ministerio de Industria y Turismo le ha dado a la “Confederación Nacional de Pymes” (Conpymes) una vocalía en dos órganos consultivos: el Consejo Estatal de la Pyme y el Observatorio Estatal de la Morosidad Privada. Y resulta que la tal Compyme es una patronal, con apenas representación, amadrinada por Doña Begoña y presidida por José María Torres que fue quién patrocinó su cátedra en la Universidad Complutense de Madrid. Conpyme, según parece, es una patronal que está en total y absoluto acuerdo con el Gobierno en todo, hasta el punto de que se muestra a favor de las subidas del Salario Mínimo Intrerprofesional y critica las bajadas de impuestos ¿A qué pymes representan –me pregunto–?

Y, hablando del “Coro del Fango”, yo que pensaba que sólo eran a ellos a los que la chaveta se les había ido, la oposición, los del PP, salen con la petición de que el Gobierno use a la Armada para acabar con el problema de la invasión de cayucos cargados de migrantes en Canarias. ¡Qué barbaridad! ¡Qué desconocimiento de lo que son y significan las Fuerzas Armadas! Por otra parte, la Organización Estatal más seria, democrática y fiel a España que nos queda. Nuestra Constitución le otorga la misión de garantizar la “soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional” en su artículo 8.1. Fuera de esas misiones al Ejército sólo se le puede utilizar para intervenir en misiones de paz de acuerdo con los compromisos establecidos con otras organizaciones internacionales. Ya quisiéramos que nuestras organizaciones políticas estuviesen tan solo a la altura de la suela de sus zapatos.

Y, sigo pensando y haciéndome preguntas: ¿Cuánto tardará el Gobierno en quitarles todo poder al Senado? Y después de eso ¿Qué nos deparará esa ley para controlar bulos. Quién determinará lo que es o no es un bulo? Si son los jueces, la ley vigente ya contempla el bulo como delito. Y más después ¿Cuánto tiempo tardará en eliminar a la oposición, como Maduro en Venezuela o Victor Orbán en Hungría? Y, por último ¿Cuándo tendrán el cupo y la autodeterminación en Cataluña?