Confabulario
Manuel Gregorio González
L os Reyes idos
Mesa 8
Pintor Sorolla 45, fondo, centro y comedor, no hay portería ni corredor, adentro cocktail (DryMartini) y carta con amor. No he resistido la tentación de comenzar esta nueva columna como letra de tango; quizá por influencia del Maestro y su poemario que lleva por título “Sur, paredón y después” que es el primer verso del tango “Sur”. La Mesa 8 fue una mesa de amigos en torno a Manuel Alcántara: periodistas, escritores, poetas, sabios de la arquitectura, empresarios, economistas y políticos de altura; una mesa del Restaurante María que acogió todos los jueves, durante más de dos décadas, la tertulia concitada por el insigne poeta y columnista malagueño, a la que tuve el honor y el placer de pertenecer.
Comenzamos 2025 y, como todos los años, estas fechas traen consigo indefectiblemente el recuerdo del Maestro, siempre presente. El día 1 del año fue su santo y el próximo viernes, día 10 de enero, será su cumpleaños. Y yo, además, comienzo esta nueva columna titulándola “Mesa 8”, esa que ha estado indudablemente adscrita a él y a su tertulia ¡Cómo no comenzar este artículo recordándolo! Desde mi ventana veo las mismas olas que Manuel contaba desde su terraza. Y mirando al mar escucho sus versos: “Las olas que el mar levanta /dispuestas a bien morir / llevan siempre una biznaga. // Los jazmines de la playa / el mar los deja en la orilla / y los recoge mañana”. Málaga y su mar, especialmente su mar, era una constante en Manolo. En la última edición de “El embarcadero” me escribió esta dedicatoria: “Para Juan, que sabe que el mar no consiente que por él pasen los años”. A pesar de haber nacido junto al mismo mar, yo eso no lo sabía; me enteré cuando le leí que “El mar no puede morir. / Se quedará navegando / aunque no haya nadie aquí”.
A mi me dejó esa pasión por el mar, no por Málaga que con esa ya nací. Manolo, mirando al mar, contaba olas y gaviotas y yo, mirando ese mismo mar, patria de chanquetes y sardinas espetás, cuento los días transcurridos desde que la Mesa 8 pasó al anonimato. Murió pronto Paco Peñalosa, el arquitecto compañero de columna en Málaga Hoy. Años después le siguió Pedro Aparicio, el alcalde perpetuo de Málaga, como le bautizó el Maestro, y en abril de 2019 nos dejó el Maestro. Con su ausencia la tertulia dejó de tener sentido. La Mesa 8 era, a mi parecer, polifacética, pluripartidista política y futbolísticamente, de tendencia centro-izquierdista y liberal en el buen sentido, agnóstica, madridista más que culé y humanista con preminencia de las letras. Algunos eran grandes escritores y poetas, otros tan sólo sabíamos poner una palabra detrás de otra, pero todos publicábamos. En la tertulia se trataban cualquier tipo de asuntos, especialmente temas de actualidad. Por ejemplo, en estos días, la Mesa 8 habría abierto debate sobre la persona idónea para dirigir el PSOEA. Mi opinión (y la de otros) hubiese sido que, el único que da la talla para desbancar al PP, es el abogado malagueño Josele Aguilar. Por ciencia y sapiencia, por educación y moderación y porque el PSOEA necesita a alguien elegido por andaluces para Andalucía y no por el capo de Madrid.
Feliz año 2025 a los que quedamos de la Mesa 8, a todos mis lectores y a todos los malagueños, andaluces y españoles.
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