Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Notas al margen
Si el PSOE quiere ganar en Andalucía tal vez tenga que cambiar de candidato sobre la marcha, pero en primer lugar tendría que cambiar de discurso. Cualquiera que sustituya a Juan Espadas, que parece que ha dado un paso al lado para no poner las cosas más difíciles, fracasará frente a Juanma Moreno si no se desmarca con criterio propio y con el mismo ímpetu que Emiliano García-Page de las políticas de Pedro Sánchez. Los principios de una Andalucía que se ha ganado a pulso su autonomía con respecto a Madrid ha de tenerlos muy claros. Un dirigente con carisma tiene que mostrar su colmillo y dar un golpe encima de la mesa cada vez que están en juego los intereses de su tierra. Espadas ha sido incapaz de colocar un solo mensaje en este sentido hasta ahora. Su cartel se ha quemado justo por defender las políticas de Sánchez con una sumisión contra natura, incluido el concierto catalán que tanto perjudicaría a Andalucía. Tal vez no goce ni del magnetismo ni del don de gentes del que presumen otros líderes. Pero que no se engañen, el problema de los socialistas andaluces reside en el desgaste de su presidente para mantenerse a flote en el poder defendiendo una cosa y la contraria a merced de los independentistas. ¿Y Sánchez va a sacrificar a su alfil más fiel por otro que vaya por libre? Mientras se lo piensa, su secretario de Organización, el fontanero Santos Cerdán, que ha cambiado el mono azul de faena y la caja de herramientas por un traje de buzo para sumergirse en las profundidades del PSOE andaluz, trabaja en una nueva estructura orgánica afín porque nunca se sabe, ¿verdad?
A los socialistas les gustaría que la película terminara con María Jesús Montero de candidata a la Junta. Ahora se habla tela de Juanfran Serrano y también de María Márquez y de Lina Gálvez. Tal vez la dirección piense en estas alternativas no tanto para ser cabeza de cartel como para resetear la organización. Juanfran Serrano encarnaría la renovación más rompedora, aunque necesitaría apoyarse en los susanistas. Al diputado malagueño Josele Aguilar, por su trayectoria y su poderío, no sólo no conviene descartarlo sino que muchos lo ven el favorito para coser las heridas internas. Y Javier Fernández, presidente de la Diputación de Sevilla, también podría contar, pero bajo esta atmósfera envenenada, su posición es delicada. Ni puede traicionar a Espadas ni permitir que su provincia pierda cuota de poder. Y ojo porque Espadas se ha guardado el no (me presento), a cambio de influir sobre su relevo, lo que lógicamente beneficiará a Sevilla. Todas las alternativas son válidas hasta que Montero quiera. El presidente Sánchez disimula, pero él en primera persona será el que decida en las próximas horas el sucesor de Espadas, que será quien tenga que enfrentarse a los problemas reales que han llevado al PSOE a perder la calle y la voz cantante en Andalucía.
También te puede interesar
Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
La esquina
José Aguilar
Un fiscal bajo sospecha
Ignacio del Valle
Hiperchiringuito
Postdata
Rafael Padilla
Manuscritos