Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
El buzón del portal está de tapa caída. La alegría colorín se extingue con sus ofertas en rojo y amarillo. Promesas de ahorro. Apenas se utiliza el buzoneo. Pero ahí, estaba solitario el tríptico mínimo, en tamaño A-6 de 8 x 12 cm. Primorosamente plegado a la medida del bolsillo de la camisa de manga corta. Rezad el Rosario decía. Virgen de la Bola de la Luz, aquí andamos más en lo de la Victoria, en felicitar a las Vickys malagueñas y exquisitas. Pero vuelvo a lo del pío tríptico. ¿Quién me lo habrá regalado? ¿Un vecino evangelizador? La Virgen de la Bola de la Luz no miente y no deja de recomendarme el rezo del Santo Rosario. Que hay que llevarlo encima como escudo para la salvación. Chute de recuerdos, de la abuela con sus amigas en la galería. Tras una frugal merienda aromatizada con hojas de eucalipto sobre la estufa. A falta de misa, a las ocho rosario. Me encanta el folleto con sus instrucciones detalladas. Lo voy a guardar. Comienza por la señal del cristiano y el ofrecimiento. Los saludos. Acto de constricción, los misterios gozosos, luminosos y dolorosos. Todo un manual de instrucciones impreso en papel estucado brillo del bueno. Ave María, letanías… Menudo obsequio. Cuando el pesimismo nos oscurece el futuro buscamos con desesperación la luz. La espiritualidad en tiempos electrónicos de Instagram. Hitler y Stalin personajes históricos poco afectos a la religión dejaron de putear a los cristianos cuando llovían bombas sobre sus cabezas durante la II Guerra Mundial. Las personas necesitan creer. Fidel Castro también fue más permisivo con los católicos en los periodos especiales de carestía y la endémica escasez cubana. Ahora san Nicolás o Papá Noel Maduro adelanta las navidades en Venezuela para que la estrella de Belén deslumbre y nuble el reciente desaguisado bananero electoral. No sé cuándo dejé de escuchar el rosario, tan habitual de los viajes en coche y las excursiones en autobús. Había una versión burlesca que se estilaba en los años setenta: ¿Ha venido el padre Andres? No ha venido el padre Andrés. Una, dos y tres…cuatro, cinco, seis. Y misterios gloriosos como el de Jesús cambia la burra por un seiscientos. Espero que usted no se me ofenda. Cada quien que rece a su divina bola y también remembere a Santa Bárbara cuando truene, pero si ve a Pedro Sánchez rezar el rosario, póngase a cubierto.
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