Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Todo lo que era sagrado
Por montera
No es un buen momento para Begoña Gómez. Tampoco para su marido, después de que haya saltado uno de los casos de corrupción más graves desde los ERE de Andalucía. Todo son titulares en cascada, cada uno más revelador: lo más importante es que de todo ello estaba informado el presidente del Gobierno. La UCO, que no miente, en la conclusión de su investigación desvela que Víctor Aldama, ahora en prisión, es el presunto comisionista del colorista caso Koldo. Koldo fue quien gracias a su relación con Ábalos influyó en la concesión de una ayuda a Air Europa que ascendió a 615 millones de euros y en la que al parecer intervino Pedro Sánchez. La UCO ha descubierto también que Sánchez dio luz verde a la visita de Delcy cuatro días antes de su famosa llegada ilegal a suelo europeo tras una conversación con Ábalos. No se libra Francine Armengol quien le dio a Koldo el móvil de su consejera de Salud a quien se dirige con un “vale cariño”. Y se ha quedado demostrado que Aldama pagaba 2.700 euros al mes para el alquiler del piso de la novia de Ábalos a quien se le está poniendo cara de imputado. Estos son algunos de los titulares que van reventando la proa del barco. Pero, no se ilusione. No lo haga porque la actitud de los señalados ante este frente de sobresaltos que han empezado a encarcelar a presuntos delincuentes de la trama, sacarán pecho y con menos vergüenza lo seguirán negando y en el poder gracias al otro montón de delincuentes. Tal como hizo “la pichona” quien en pleno proceso de investigación volvió, con toda su pacha a la misma Universidad en conflicto, para vender otro de sus másteres ahora cancelado. Fue capaz de inaugurar la temporada de un nuevo máster convencida de que tiene toda la autoridad para seguir haciéndolo y así se continúa rotulando en esos cursos superiores, como catedrática. Lo grave es que la Universidad se lo ha seguido permitiendo. No tiene vergüenza alguna puesto que Begoña sigue sin haber cursado estudios universitarios ni ha dado clases, como tampoco ha publicado artículos en revistas de investigación ni mucho menos ha podido ser evaluada para convertirla en catedrática por la Agencia Nacional de Evaluación de la calidad y Acreditación. Es decir, que se ha declarado catedrática sin serlo ni intentarlo incluso inmersa en un lío judicial por tráfico de influencias y corrupción. Y aún quedan interrogantes por responder como el motivo por el que Begoña se reunió en secreto con Globalia. O al menos es una interesante coincidencia en esta trama. A Begoña, su marido, no le dejará en el paro. Pedro, quizá termine sentado en el banquillo.
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