Salvador Merino
Victoria sin combate
La próxima llegada al poder de Donald Trump, sembrada de incertidumbres, está provocando una cascada de decisiones geoestratégicas curiosas e inesperadas. Su compromiso durante el discurso final de campaña de acabar con las guerras en Europa y Oriente Medio parecían un brindis al sol, pero aún no ha tomado asiento en el despacho oval y todos se apresuran para cumplir sus deseos. Decía Sun Tzu, en su obra sobre el arte de la guerra, que “La mejor victoria es vencer sin combatir”, y parece que se está cumpliendo punto por punto.
Las sucesivas huidas del poder de los socios de Putin, cargados de dinero de dudoso origen, siguen sorprendiéndonos. Ya en diciembre de 2013 Víktor Yanukóvich, tras incumplir el acuerdo de libre comercio con Europa aprobado por mayoría, se largó durante el Euromaidán del poder en Ucrania y reapareció dos meses más tarde en Rusia. Poco después Suiza le paralizaba más de 130 millones de euros en cuentas personales de origen ilícito. En 2024, Al Asad ha salido huyendo de Siria y, curiosamente, reaparece en Rusia. En este caso su fortuna estimada es de 60.000 millones de euros, junto con centenares de toneladas de oro, mientras su pueblo se moría de hambre. En esta serie de abandonos soviéticos a sus queridos socios, podría ser Maduro el siguiente en cadena. Sus maletines cargados hacia Turquía con parada “Abalada” en Barajas pueden seguir un curso parecido a los anteriores. Cualquier día desaparece en un vuelo de destino desconocido y nos lo encontramos posteriormente de paseo por la Plaza Roja, contando su fortuna en fajos de dólares. Pero todo esto poco debe extrañar a un país como España, que aún añora aquel oro enviado a Moscú durante la guerra civil y nunca encontrado.
El pacto de Israel y Palestina, poniendo fin a la contienda actual, parece estar también cerca, y son varias las situaciones a resolver. La sustitución de Hamás por la Autoridad Palestina está siendo uno de los escollos principales y podría desembocar en dos estados diferenciados. Por otra parte, el intercambio de prisioneros palestinos por secuestrados israelíes podría estar próxima, y eso es sin duda una gran noticia. La pérdida de liderazgo de Irán ha supuesto el aislamiento tanto de Hezbollah en el Líbano como de los hutíes en Yemen, lo que presagia también la resolución simultánea de varios conflictos. Esperemos que este año todos hagamos un mayor esfuerzo por la paz.
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