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La Consejería de Salud ha llamado a la calma sobre el brote de listeria y ha solicitado a la población que sólo vayan a Urgencias en el caso de que se hubiese consumido la carne mechada contaminada, que es la de la marca La Mechá. Ni es otra ni hay otro tipo de productos contaminados. En los últimos días han corrido por las redes sociales mensajes alarmistas con los que se ha extendido la sospecha hacia otros productos. Es falso. Salud también ha desmentido que la bacteria listeria se transmita por un cuchillo casero o por una cortadora de un mercado. De momento, todos los pacientes afectados están siendo correctamente tratados en los centros y hospitales públicos andaluces y, de hecho, aunque haya que lamentar un fallecimiento, brotes padecidos en otros países como Dinamarca o Estados Unidos se saldaron con una tasa de mortalidad más alta. Por tanto, en estos momentos lo importante es que la población esté perfectamente informada y que se actúe correctamente. No obstante, el Gobierno andaluz, tal como expresamos aquí mismo hace unos días, debe extremar sus valoraciones, porque a veces ha sido muy optimista. Se echa en falta también que la Junta habilite en su web un apartado donde se informe con detalle y rigor de los pasos que se están dando. La Consejería de Salud tuvo información de la existencia de dos brotes a principios de agosto, y fue el día 8 cuando se enviaron al laboratorio Municipal de Sevilla las muestras de los productos sospechosos. El día 9 hubo positivos en una de las muestras, pero no fue hasta el 13 de agosto cuando se confirmó que era La Mechá por un error en el etiquetado. Este retraso se deberá explicar, pero el PP, que ahora pide que no se utilice políticamente este caso, fue quien, de modo desleal, acusó a los técnicos municipales sevillanos del error. El Gobierno andaluz debe también expresarse con la misma cautela que exige a otros actores políticos. No obstante, el día 15 se dio la alerta sanitaria y se le comunicó al Ministerio y al resto de las comunidades autónomas. Lo que habrá que saber es el origen concreto de dónde se produce la infección en el proceso de elaboración del producto, y en eso están las autoridades municipales y autonómicas, pero esa incertidumbre no es causa para que se extiendan sospechas ni se realicen acusaciones gratuitas. Esto llevará, posiblemente, un tiempo, pero mientras tanto la población debe saber que la producción ha parado en la fábrica afectada y que no están distribuyendo sus productos.
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