La rebelión de Moreno

Editorial

28 de junio 2024 - 03:07

La financiación autonómica fue la estrella del debate sobre la situación política en Andalucía que, a petición de Juanma Moreno, celebró el miércoles el Parlamento. El presidente andaluz insistió en numerosas ocasiones en la deuda estructural de 1.500 millones que mantiene anualmente el Estado con la comunidad por el coste real de las competencias transferidas. Nadie discute este déficit y tampoco que Andalucía es en la actualidad una de las regiones peor financiadas de España. Un problema que se arrastra desde hace varios lustros mientras se suceden los ejecutivos en la Administración central, incapaces de encajar este puzle. Pero la palabra “singularidad” referida a Cataluña ha hecho saltar todas las alarmas. Si Pedro Sánchez ya ofertó condonar 15.000 millones de la deuda de la Generalitat, ahora defiende un trato diferencial para las cuentas catalanas como primera moneda de cambio para que ERC respalde como presidente a Salvador Illa. Y no hay que ser un lince para adivinar que los independentistas persiguen otro cupo similar al vasco para que toda la recaudación impositiva se quede en su territorio, lo que llevaría a la ruptura de facto del principio de solidaridad entre regiones para que las que generan más riqueza ayuden al desarrollo de las más desfavorecidas.

Moreno llama a “rebelarse” a los andaluces y a establecer un frente común contra la singularidad catalana. Es evidente que la insaciable voracidad independentista no puede quebrar el derecho a la igualdad que asiste a los ciudadanos que pertenecen a una misma nación. Pero tampoco se debiera confundir la justa reivindicación con la apelación constante al agravio. Una socorrida bandera que han ondeado todos los gobiernos andaluces de las últimas cuatro décadas, siempre que sus homólogos de Madrid pertenezcan a un signo político distinto al suyo.

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