Retorcer la Historia

Editorial

11 de enero 2025 - 03:07

Por si quedaba alguna duda, el desabrido desarrollo del acto con el que Pedro Sánchez dio comienzo el pasado jueves a la conmemoración del 50 aniversario de la muerte del general Franco la despeja. No se intenta hacer un esfuerzo para trasladar a las generaciones que no la vivieron los horrores de la dictadura, por simplista que esto pueda parecer, ni de reivindicar el esfuerzo colectivo de reconciliación nacional que supuso la Transición. Se trata, simplemente, de agitar el fantasma de la extrema derecha dentro de una estrategia política destinada a presentarse él como única alternativa democrática frente a un PP que estaría inevitablemente en manos de Vox. De ahí su insistencia en recalcar la fragilidad de las libertades e insistir en el riesgo de una involución, como habría ocurrido en Estados Unidos y en algunos países de Europa. Es también una maniobra bastante descarada para desviar la presión mediática de los casos judiciales que lo acosan y de la debilidad cada vez más evidente del Gobierno de coalición. Sánchez, por lo tanto, no quiere hacer pedagogía histórica ni remarcar la importancia de lo que se hizo en España a partir de la llegada al trono de Juan Carlos I, al que no se le ha dado ningún papel en estas conmemoraciones. El presidente del Gobierno quiere utilizar a Franco para sus propios intereses y parece que no intenta disimularlo. Desde este punto de vista, es lógico el vacío que le hicieron las restantes fuerzas políticas, incluida la mayor parte de las que le dan sustento parlamentario, y no solo el principal partido de la oposición. España pierde de esta forma otra oportunidad de mirar hacia atrás para comprender dónde está ahora y de aprovechar la efeméride trasladar a la escuela y a la universidad un análisis riguroso y científico del convulso periodo que va desde la Guerra Civil hasta nuestros días. La utilización sectaria y retorcida de la Historia es la forma más grosera de falsearla.

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