Primarias PSOE-A: Mi Voto Es Libre
El PSOE de Andalucía se encamina a un proceso de primarias mediante el cual las personas que militamos en este partido elegiremos, con nuestro voto individual y secreto, al próximo líder al frente de la Secretaría General. Ahora que nos toca ejercer un derecho que tantísimo nos ha costado conquistar, creo necesario recordar la responsabilidad que conlleva tal derecho: votar libremente, con sinceridad y con convicción. Y, por surrealista que pueda parecer, hasta en el partido más democrático de nuestro país, esta práctica muchas veces luce por su ausencia.
Ser militante de un partido de izquierdas y ser elector y votante de izquierdas en las elecciones, son dos situaciones muy distintas que dan perspectivas diferentes para comprender la realidad. Quien forma parte de un partido pasa de ser espectador a ser el ayudante del mago, y acaba conociendo en qué consiste el truco de magia. Como electores, juzgamos y elegimos a nuestros gobernantes en función de unas prioridades que afectan a nuestras vidas y al funcionamiento de la sociedad. Como militantes de un partido, el casting de los líderes se aleja mucho de esas prioridades, incluso allí donde hay primarias y votan los militantes.
Si hablo de la responsabilidad de votar libremente es porque nuestra historia demuestra los riesgos que hay siempre detrás del voto popular. En 1931, las diputadas Clara Campoamor y Victoria Kent defendieron posiciones enfrentadas sobre el sufragio femenino: mientras la primera defendía la conquista de este derecho para la otra mitad de la población, la segunda quería retrasar el sufragio femenino hasta que las mujeres tuviesen un nivel de formación más elevado y no dejasen que sus maridos y los curas les dijesen a quién tenían que votar. Por suerte, se aprobó el sufragio femenino, pero no debemos olvidar que el voto siempre ha tenido dificultades para ser libre y que, para que haya democracia, no sólo hay que poder votar, sino también desarrollar una cultura democrática. Más allá de este episodio concreto, en las páginas de la historia de muchos países en el mundo, entre los cuales el nuestro, han quedado escritas las dificultades con las que los primeros sistemas electorales nacen, con prácticas caciquistas y de clientelismo político basadas en un sistema de intercambios de favores por votos. En la actualidad, por mucho que haya avanzado la sociedad, los partidos políticos siguen anclados en unas prácticas nefastas para la elección de sus líderes. El "truco de magia", que sí conocemos los militantes, consiste en que gran parte del voto dentro de los partidos tiene más que ver con el interés particular, por no decir exclusivamente personal, qué con convicciones, proyectos, interés general o una visión colectiva, que son los verdaderos determinantes del voto de los electores de izquierdas (fuera de los partidos).
En las pasadas primarias del PSOE-A, muchos dirigentes apoyaron a Juan Espadas o a Susana Díaz en función de lo que pudiesen obtener a cambio, y, al igual que desde los órganos más altos del partido se presionó a alcaldes y secretarios generales, estas mismas figuras con poder se encargaron de presionar a sus concejales y a sus militantes para que votasen en la "buena dirección", la más conveniente para un conjunto de intereses personales. En estas primarias, veo el mismo riesgo: secretarios generales provinciales y locales que se ven tentados a apoyar a un candidato o a otro en función de la tajada que puedan sacar, y dispuestos a favorecer o a castigar a los militantes que dirigen dependiendo de si se alinean o no con sus consignas. Lo digo alto y claro: esta lógica perversa nos lleva al desastre electoral. Al igual que no supimos ver (algunos más que otros) que Espadas no era un buen candidato, como sí lo vieron los electores de izquierdas e incluso nuestros propios familiares, si pensamos en intereses personales e intercambio de favores, volveremos a la misma espiral de apoyar al candidato que nos manden desde arriba sin preguntarnos si tiene algún proyecto concreto o la capacidad de convencer al electorado que hemos ido perdiendo estos últimos años. Necesitamos a un secretario general que gane por méritos propios y con ideas, no por imposiciones e intereses personales.
Al igual que las primarias del PSOE de 2017 supusieron una sorpresa porque fueron las bases las que decidieron sin renunciar a su criterio propio, en contra del aparato y del reparto de favores y poder, votar generosamente con la convicción de que el proyecto de izquierdas de Pedro Sánchez era el que merecía dirigir el partido y el que inspiraría a la mayoría del electorado, ahora tenemos que realizar un acto de rebeldía democrática por el bien de nuestro partido y de Andalucía: tener la valentía de votar aquello en lo que creemos sinceramente y con convicción para salir del abismo electoral en el que nos ha dejado la dirección saliente. Habrá quien pueda pensar que esta es una visión romántica o idealista de las primarias. Yo les respondo que esta convicción nace de los ideales, pero también del pragmatismo de que es mejor votar sinceramente, como lo harían los electores, para elegir a un dirigente que realmente pueda ganar las próximas elecciones y gobernar Andalucía con justicia social. Si votamos sinceramente, somos la muestra más grande y representativa de cómo votarán nuestros electores. Por el contrario, no le hacemos ningún favor a los andaluces, ni al PSOE de Andalucía si sucumbimos a las presiones de votar por un mal candidato impuesto desde arriba a cambio de un puestecito secundario en un órgano de dirección. Lo que le debemos al pueblo andaluz es elegir a un futuro presidente con principios claros y un proyecto sólido, no a un dirigente incapaz pero experto en el arte de repartir favores.
Por mi parte, avalaré y votaré con convicción al catedrático y economista Luis Ángel Hierro. Lo votaré con convicción por tres motivos. Primero, porque mientras otros candidatos se presentan sin programa y con el único argumento de que "es su momento", Luis Ángel es una persona que entiende que los proyectos van por delante de los personalismos y del marketing político vacío de contenido, y ya propuso en las primarias de 2021 una profunda democratización del partido, así como elaboró propuestas concretas para mejorar nuestros servicios públicos en Andalucía y reducir las desigualdades que sufre nuestro pueblo. Segundo, apoyo al profesor Hierro porque es una persona plenamente competente, con una altura intelectual y moral, y una coherencia entre los principios y las prácticas, dignas del líder que quiero para mi partido en Andalucía. Deseo que los otros precandidatos sean también capaces de demostrar sus cualidades para que los militantes no nos quedemos con dos o tres etiquetas simplonas que no convencerían al electorado. Tercero, y más importante, porque sé que Luis Ángel Hierro es el candidato con el que se sentirán identificados los andaluces por sus firmes convicciones, por la capacidad de construir un proyecto sólido para la mayoría social y por su visión única para transformar Andalucía y sacar su máximo potencial con justicia, solidaridad y eficacia, como demuestra el Manifiesto Andalucía Socialista Bases en Marcha que preparó junto a centenares de militantes de base. Por todo ello, los militantes debemos avalar al candidato Luis Ángel Hierro; porque cada aval a un candidato tan competente, independiente y comprometido es una garantía de que habrá primarias, de que habrá votaciones y de que habrá un verdadero debate sobre el modelo de partido, limitando así las posibles imposiciones desde arriba o los candidatos únicos ficticios. Si Luis Ángel Hierro logra los avales suficientes, se convertirá oficialmente en candidato, y los militantes podremos debatir y votar, lo cual ya supone un paso importante hacia unas primarias libres y justas.
Luis Ángel Hierro es el candidato valiente que no intercambia favores, que no mercadea, pero que sí tiene una visión para una Andalucía más próspera y justa, y es precisamente por eso por lo que tendrá mi voto sincero y mi apoyo para ganar unas primarias fundamentales para el futuro de nuestra tierra. En este proceso de primarias, hago un llamamiento a todos y cada uno de los militantes de base para que se apropien la reflexión del filósofo Albert Camus, sabiendo que la única manera de lidiar con este mundo sin libertad es volvernos tan absurdamente libres que nuestros meros votos sean un acto de rebelión democrática. Las bases somos la inmensa mayoría; el futuro del PSOE-A y de Andalucía depende sólo de nosotros y de nuestros votos.