La tribuna
Una cooperación de familia
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El verano avanza, nos acercamos al ecuador de las vacaciones escolares, pero aún quedan unas cuantas semanas de desconexión que los padres y las madres necesitan, ansían, y también temen. Para ellos, este periodo supone una especie de encaje de Tetris donde entran en juego abuelos, tíos, campamentos urbanos, teletrabajo, jornadas más o menos largas... Y mientras tanto, los pequeños descansan, disfrutan del sol, del aire libre, del agua del mar o de la piscina, ¡y a veces se aburren, también!
Muchos padres se debaten entre el mismo dilema todos los veranos. Después del largo curso escolar, ¿deben obligar a sus hijos a hacer algún tipo de deberes en vacaciones? Y no hablamos en este caso de niños de una cierta edad que hayan podido superar sus cursos con más o menos dificultad, sino de los más pequeños de la casa: cuatro, cinco, siete años… Como norma general, diríamos que es bueno realizar algún tipo de tarea para mantener la mente ocupada y no olvidar todo lo aprendido. El mayor problema para las familias es decidir cuándo, cuánto y cómo.
¿Es razonable una hora diaria de deberes, por ejemplo? ¿Deben comprarles los libros de vacaciones que nos recomiendan las editoriales de libros de texto? ¿Tienen que llevárselos a la playa, la casa del pueblo o el destino turístico de turno? A veces sienten cierto cargo de conciencia, pero otras están convencidos de que este tipo de actividades, semilúdicas-semiacadémicas, pueden no sólo ayudarles, sino también entretenerles en las largas mañanas de verano, en las tardes de siesta o mientras los mayores disfrutan de un rato de relax (después de todo, también están de vacaciones).
Hay muchos momentos en los que una gran cantidad de niños acaban recurriendo, "para no aburrirse", a los dispositivos electrónicos. ¿Y por qué no unir ambas cosas? Estudios recientes apuntan que en vacaciones los niños de entre 4 y 11 años utilizan el móvil, suyo o de sus padres (la edad en la que disponen de su propio dispositivo es cada vez más temprana), cerca de 1 hora. Hagamos, pues, que ese tiempo sea no sólo entretenido, sino también provechoso.
Hoy día existen infinidad de aplicaciones móviles con un formato entretenido, envolvente, y educativo. Las opciones son casi infinitas: cuadernos de ortografía, hojas de cálculo, lecturas adaptadas a cada edad, ¡y el inglés! Una materia fundamental para su futuro.
Las familias más viajeras quizás aprovechen estas semanas para salir fuera del país, de manera que sus hijos podrán descubrir en su propia piel la utilidad de los idiomas, animándose a pedir cosas sencillas en un restaurante o una tienda, por ejemplo. Para los que veranean en las costas españolas también puede ser relativamente sencillo y especialmente divertido hacer amigos extranjeros: un intercambio cultural e idiomático de lo más enriquecedor para ambas partes. También hay multitud de campamentos bilingües (de inglés, o de deporte en inglés, pintura en inglés, multiaventura en inglés…). La amplia oferta disponible nos confirma el interés de las familias en este tipo de actividades.
Como complemento a todo ello, existen interesantes aplicaciones móviles que les sirven para mejorar y practicar este idioma sin que sea percibido como una tarea, sino como una diversión. Diversos estudios confirman que las app mejoran los resultados de aprendizaje de los más pequeños, además de hacer estos procesos mucho más atractivos.
Y en lo relativo al inglés, cuanto antes empiecen, mejor. Porque al igual que resulta más fácil aprender un segundo idioma cuando somos pequeños -es durante los cuatro primeros años de vida cuando se generan más conexiones neuronales y somos capaces de absorber más información-, es también una etapa en la que, si el idioma aprendido no se practica con frecuencia, puede olvidarse con facilidad.
Hoy en día existe una oferta muy interesante de aplicaciones que, utilizadas de forma controlada, con contenidos adecuados para su edad y en dosis razonables, son herramientas muy positivas que nos ayudan a estimular su aprendizaje de una manera más ligera y amena, mediante una metodología basada en el juego y en la interacción.
Eso sí, desde Lingokids recordamos que es responsabilidad de los padres llevar a cabo una gestión adecuada de los tiempos de ocio electrónico de los más pequeños. Porque es muy importante que aprovechen esta época estival para descansar, disfrutar de actividades al aire libre y del contacto con la naturaleza, además de conocer lugares, tradiciones y culturas que enriquecen la nuestra. Correr, saltar, nadar, andar en bici… sentir esa sensación de libertad que nace de la distensión de las normas del periodo escolar. ¡Feliz y productiva segunda mitad del verano!
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