Luis Ángel Hierro

El cupo catalán. La intrahistoria interminable del PSOE

La tribuna

8052416 2024-08-06
El cupo catalán. La intrahistoria interminable del PSOE

06 de agosto 2024 - 03:07

Puedo asegurar, sin ningún temor a equivocarme, que con diferencia España es el país del mundo donde existe el mayor número de investigadores sobre federalismo fiscal. La última razón de esa anomalía académica se encuentra en los años 60 del siglo pasado, cuando los catedráticos Ramón Trias Fargas (Convergencia Democrática de Catalunya) y Ernest Lluch (Partido Socialista de Cataluña, víctima de ETA) promovieron el concepto de balanzas fiscales. Sus trabajos tenían como objetivo calcular el saldo fiscal para justificar científicamente que Cataluña soportaba un saldo fiscal negativo, que los catalanes aportaban más impuestos que el gasto público en el territorio y que ese saldo lastraba su crecimiento económico.

A principio de los 80, con la creación del Estado de las Autonomías, el concepto de saldo fiscal, irrelevante a nivel internacional, se asoció a la financiación autonómica y a la inversión del Gobierno central en Cataluña y, ante la insistencia académica catalana, el resto de las universidades españolas salió en tromba a investigar sobre federalismo fiscal. En unos casos a demanda de las correspondientes CCAA y en otros por propia iniciativa (como fue mi caso, que me doctoré en 1992 con una tesis sobre los estados federales y su financiación). El resultado final, fue una hipertrofia de investigaciones en federalismo fiscal y un enfrentamiento científico permanente en los Encuentros de Economía Pública, el congreso de economía pública en España.

Dado que el origen de la discusión se encontraba en los trabajos de Lluch, las discusiones sobre el pretendido maltrato fiscal a Cataluña estuvieron también presentes en el seno del PSOE. Horas y horas se han dedicado a la financiación autonómica en conferencias, reuniones de grupos de trabajo y congresos del PSOE y de sus federaciones, en algunas de las cuales me tocó estar presente. El resultado fue siempre el mismo, el PSOE nunca aceptó el pretendido maltrato a Cataluña defendido por el PSC y la financiación autonómica siguió el camino de la nivelación.

Con el tiempo, los partidos nacionalistas, que en el momento de debatir la constitución no aceptaron el régimen foral que se les ofreció porque querían eliminar las diputaciones catalanas, se percataron que había sido un error no aceptarlo. En el ámbito académico su modelo de referencia dejaron de ser los países federales y la corresponsabilidad fiscal y pasó a ser la discriminación con el modelo de concierto. En el PSOE, como los debates eran infructuosos por el valladar que suponía el PSOE de Andalucía, infranqueable para el PSC, el intento de obtener el cupo catalán vino con la propuesta de Estatuto del Gobierno de Maragall, el tripartito PSC-ERC-IC, que llegó al Congreso de los Diputados incorporando un sistema de cupo encubierto. Zapatero, como Pedro Sánchez, había obtenido la secretaría general del PSOE con el apoyo del PSC y sin el apoyo del PSOE de Andalucía (que apostó por Bono) por lo que, dependiendo del voto nacionalista, se comprometió con el Estatuto catalán. Las federaciones socialistas doblegaron el apoyo de Zapatero y no hubo cupo, pero sí reforma del sistema de financiación autonómica en 2008, el sistema actual, donde Cataluña, por primera vez, pasó a tener más ingresos que la media y Andalucía menos. Recuerdo que, siendo diputado, me dirigí alarmado al máximo responsable autonómico andaluz en la materia, que de financiación autonómica solo sabía lo que había aprendido en el cargo, y me dijo “No te preocupes Luis Ángel, lo que perdamos por un lado lo ganaremos por el otro”, obviamente no tenía ni idea de lo que iba el juego, igual que los que dicen ahora “yo confío en el presidente del Gobierno”.

Persistente como gota malaya, el PSC, que lleva las balanzas fiscales en su ADN, en un déjà vu acaba de devolvernos a la casilla de 2005 con el acuerdo de investidura de Illa, ahora con la justificación de domesticar al independentismo. Sin tapujos y sin congreso previo intenta colarnos al resto de socialistas la Agencia Tributaria Catalana única, el cupo, la ordinalidad y la solidaridad catalana, y el problema es que el valladar del PSOE de Andalucía no existe porque somos un virreinato irrelevante, por mucho que el secretario general del PSOE-A y portavoz socialista en el Senado y la ministra de Hacienda y vicesecretaria general federal sean andaluces.

Algo tendremos que hacer la militancia del PSOE de Andalucía para parar este despropósito.

stats