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No es eso. No es eso", decía Ortega y Gasset, diputado en el Parlamento de la República española viendo que la política se deslizaba por el extremismo y el irracionalismo. Permíteme, maestro Ortega, ajustar tus palabras al actual Parlamento traduciéndolas como "No puede ser. No puede ser".
No puede ser que Podemos no haya cubierto el escaño de Alberto Rodríguez. Podemos ha puesto en extremo riesgo que no se aprobara la reforma laboral, la propuesta-estrella de su programa y de la vicepresidenta Díaz, porque el voto del diputado sustituto de Rodríguez hubiera compensado el voto negativo del diputado del PP, si éste no se hubiera equivocado. Enorme irresponsabilidad de Podemos ante la evidencia de la muy escasa diferencia de votos a favor y en contra de la reforma laboral. ¿Qué pesaba más en la balanza: la compensación del atropello de un derecho fundamental de un diputado o toda una reforma laboral? En los líderes de Podemos siempre oímos las mismas palabras: "Hemos venido para traer el bienestar a la gente". Pues han estado a punto de agravar el malestar de millones de personas.
No puede ser la irresponsable actitud del PSOE, que ya había sufrido el Tamayazo en la Comunidad de Madrid, cuando dos votos de su propia fila fueron a parar a Esperanza Aguirre convirtiéndola en presidenta contra pronóstico. Si hasta le fallan al PSOE dos de su partido, ¿por qué no le va a fallar dos de otro partido? Un partido de derecha (UPN) socio de gobierno del PP en Navarra. ¿Acaso no era previsible que recibirían, como así ha sido, presiones continuadas de personajes influyentes del PP? Decepcionante, presidente Sánchez, jugarte la ley más importante de la legislatura a la ruleta rusa. No has cuidado a tus socios de investidura, si, como dijeron en el Congreso, les has ofrecido el plato ya cocinado sin preguntarle por sus gustos culinarios. Creías que un pacto de empresarios y sindicatos bastaría para obtener su sí a la reforma laboral. Olvidaste una regla de primero de ciencia política: "no te vayas con los enemigos de los amigos a los que olvidas". Elemental, presidente.
No puede ser e igualmente irresponsable la actitud de los independistas: Esquerra Republicana, Bildu, PNV. Si querían la reforma laboral, a pesar de sus carencias, ¿no vieron que el hueco que dejaban al no apoyarla difícilmente sería colmado por partidos de derecha, de los que no había prueba de su fiabilidad ¿Era tan difícil hacer las cuentas para ver el peligro que su pasividad entrañaba? Si, claro, la reforma no recogía algunas de sus aspiraciones, pero sí suponía un gran paso adelante en la conquista de derechos y bienestar de trabajadores/as. Antepusieron intereses ideológicos y partidistas particulares dejando maltrecho y desamparado el interés general, que debe ser la brújula que guíe los pasos de nuestros representantes.
Pero lo que menos puede ser, porque resulta mayormente irresponsable, es la actitud del PP y de Vox ¿Por qué aplaudían frenéticamente cuando la reforma no se aprobó inicialmente? ¿Les molestaba que tantos trabajadores/as precarios vieran sus nóminas mensuales con algunos euros más, que tuvieran más estabilidad en el empleo, que pudieran acceder a un contrato indefinido, que los empresarios dispusieran de alternativas en su propio beneficio como los ERTE en situaciones de crisis? ¿Por qué aplaudían? ¿Es que les agradaba que no vinieran a España los millones de euros de la Unión Europea condicionados a un acuerdo de los agentes sociales -trabajadores y empresarios-, que tanto había costado? Excelente sentido de Estado señores diputados/as de la derecha.
Tampoco puede ser que Ciudadanos reaparezca ahora en el centro político. Ya no, Ciudadanos. Ya no hay tiempo. Aunque bien venidos al centro político, tan necesario en cualquier democracia, que nunca debisteis abandonar. Alumna Arrimadas, poco aprendiste en mis clases de Derecho. La política puede ser cualquier cosa menos veleta, porque falla la credibilidad de los ciudadanos y a continuación viene la desafección. Todo cambió cuando su líder en el Congreso al grito de "la banda del PSOE" intentó asaltar otro cielo dejando desasistido su territorio natural. El centro político se gana con coherencia en un programa que tiene que ser servido inalterable (sobre todo en principios, objetivos y hechos) a izquierda y derecha y con tiempo para que los ciudadanos divisen la reciedumbre de la coherencia. Coherencia y tiempo. Pero mucho me temo que el tiempo ya se fue para Ciudadanos.
No puede ser. No puede ser. Pero el problema sigue vivo con esta irresponsable clase política. Maestro Ortega: "Sí fue eso" a pesar de tus palabras. Y ahora en nuestro Parlamento sí puede ser otra vez.
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