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En la Grecia clásica, idiota designaba al individuo desentendido de los asuntos comunes, únicamente preocupado por el bien particular. La democracia se asentaba en la participación activa de los ciudadanos en las cuestiones públicas y la responsabilidad compartida por el bien común. La sociedad actual pasa por una crisis política y social en la que el proceso de despolitización conduce a la idiotización, un tipo de sociedad alienada donde cada individuo mira por lo suyo y se desentiende de los asuntos de la comunidad. En este tipo de sociedad idiotizada, la gran mayoría de ciudadanos no participa activamente en la toma de decisiones colectivas, y se someten voluntariamente a fuerzas y autoridades que les son externas, quedando a merced del poder y del consumo ilimitados.
Este proceso de idiotización social genera una forma de Democracia sin demos, donde solo prima el kratos, el poder por el poder mismo. Esto se visualiza en los partidos políticos actuales que funcionan como plataformas de poder. El pueblo carece de significado en boca de políticos que desean el poder y perpetuarse en el mismo a toda costa. He hecho un resumen de un artículo La sociedad de los idiotas publicado por los filósofos Federico Viola, y David Pignalitti, ambos del Instituto de Filosofía de la Universidad Católica de Santa Fe, Argentina. Avanzamos hacia una sociedad idiotizada, en la que el pensamiento, el diálogo y la búsqueda de la verdad y del bien común brillan por su ausencia, opacados por memes, y por noticias, muchas falsas, que circulan por las redes.
En estas vacaciones observamos la desconexión del individuo con el entorno social, para ensimismarse con el móvil. Llegamos a situaciones ridículas, como poner el móvil junto al cubierto en la mesa, y no estar atento a las personas que te acompañan. Creo que nos estamos idiotizando y que a muchos les interesa que la sociedad se idiotice, con el pan y circo, con el fútbol, con los toros, con determinados programas televisivos narcotizantes, y con los memes, que nos entontecen un poco más. Nos hallamos en la sociedad del entretenimiento, nos quieren entretener, dice mi estimada amiga María Novo, para que no pensemos demasiado, porque el pensamiento crítico no le interesa al poder, prefiere ciudadanos sumisos.
Quienes hemos frecuentado las urgencias de los hospitales, comprobamos la deficiencia de personal, aunque el existente pone su saber y su humanidad por atendernos. En los centros de salud faltan facultativos, y las citas médicas se alargan semanas; y meses y años, si esperamos asistencia especializada. La sanidad pública se viene deteriorando desde hace lustros. Nuestros jóvenes sanitarios emigran a otros países por la precariedad y porque hay determinados gobiernos empeñados en privatizar la sanidad que es un derecho consagrado en nuestra Constitución, y en el Estatuto de Autonomía.
En la educación, determinados gobiernos apoyan a las Universidades privadas en detrimento de las públicas. Y en esa idiotización nos encontramos con el Medio ambiente y el Cambio Climático. En Andalucía tenemos sobre la mesa, el ser o no ser de la industria minera, en la franja piritica ibérica desde Córdoba, Sevilla y Huelva, hasta Portugal. Nos enfrentamos a un dilema, pan, trabajo y desarrollo para unos lustros, o conservación del medio natural ya deteriorado por las extracciones anteriores. Hablo de los proyectos en Cobre las Cruces y Los Frailes, Aznalcóllar, en Sevilla, y otros en Riotinto y el Andévalo en Huelva. El proyecto de una tubería de 30 kms entre Aznalcóllar y el Guadalquivir para verter al Gran río andaluz toneladas de aguas ácidas y metales pesados contaminaría al estuario desde Sevilla hasta Sanlúcar de Barrameda, como avalan los informes científicos, pero las numerosas alegaciones presentadas por científicos, ecologistas, administraciones y particulares, están siendo desestimadas por el Gobierno andaluz de Moreno Bonilla. ¿Recuerdas el desastre ambiental aquel 25 de abril de 1998, al romperse la balsa minera en Aznalcóllar? Más de seis millones de m3 de vertidos tóxicos amenazaron a Doñana. ¿Aprendimos algo de aquel desastre? No parece. En julio, la Junta dio luz verde a la autorización ambiental unificada para Los Frailes. Y el colmo de la idiotización. El Arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses anuncia que celebrará una misa de acción de gracias en la Catedral de Sevilla, ante la reapertura de la mina. O Monseñor no ha leído la encíclica Laudato Si, del papa Francisco o que venga Dios y lo vea. Oigo en noche calurosa El amor brujo, de Falla. Y no sé porque relaciono todo esto con la idiotización general de la sociedad. ¡Quizá debería mirármelo!
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