Los 'Bill Gates' de la cerveza artesana

Algunas de las grandes compañías mundiales nacieron en humildes garajes en los que sus fundadores decidieron lanzarse a la aventura de hacer realidad la idea que habían tenido.

Una historia que es común en sus inicios con la de Isidro Paz y Juan Duarte, dos jóvenes de Ardales que tras el paso de uno de ellos por un curso de elaboración de cerveza artesana decidieron comenzar a hacer pruebas en el garaje de uno de ellos y con un escaso material compuesto por “cuatro barriles”, explican.

Pronto comenzaron a tener sus primeras producciones experimentales y aquello que comenzó como un simple entretenimiento para ver hasta dónde eran capaces de llegar fue tomando cuerpo y fue entonces cuando se plantearon parar o transformar aquella idea loca inicial en un empresa productora y lanzarse al mercado.

Ambos decidieron probar suerte con aquella fórmula de cerveza artesana a la que habían llegado tras muchas pruebas y que había gustado tanto entre sus conocidos cuando la degustaron. Fue el nacimiento de la firma Cervezas Gaitanejo, que en la actualidad cuenta entre sus clientes a la cadena de supermercados Mercadona, firma para la que elaboran una cerveza artesana exclusiva que solo se puede encontrar en sus lineales.

Antes de llegar a ser uno de los proveedores de uno de gigantes de la alimentación tuvieron que pasar un largo proceso para consolidar su decisión de convertirse en empresarios de la cerveza artesana, un mercado que en aquellos momentos era un gran desconocido por el consumidor y que, por su forma de elaboración, está más cerca del mundo del vino de pequeñas bodegas que del propio sector industrial cervecero.

En un primer momento, ante la falta de unas instalaciones adecuadas para producir su cerveza ya de forma comercial, se convirtieron en ‘nómadas’ con su receta, ya que recurrían a fábricas ya en funcionamiento para poder proceder a la elaboración de su cerveza producto. A ello unieron la presencia en numerosos eventos y ferias para dar a conocer que aquella idea de dos jóvenes de Ardales que nació en un garaje se había convertido en realidad y ya era una cerveza artesana en la que habían depositado muchas esperanzas.

Poco a poco el proyecto se fue consolidando, aunque durante un tiempo conservaron cada uno sus respectivos puestos de trabajo a la espera de comprobar la evolución de aquella aventura. Finalmente, tras comprobar la buena marcha del proyecto y la buena acogida de su cerveza en el mercado decidieron dejar sus trabajos y contar con sus propias instalaciones poniendo en marcha su propia fábrica de cerveza en lo que hoy es el polígono industrial de Ardales, aunque en aquel momento cuando decidieron dar el gran paso la nave que hoy les acoge no estaba ni terminada.

Allí elaboran hoy todas sus referencias, incluida la dedicada a Mercadona, de forma artesana y natural, hasta el punto de que la burbuja de su cerveza es fruto de un proceso natural que dura unos 40 días desde que se inicia hasta que puede ser envasada, por lo que no lleva ningún tipo de elemento introducido. Únicamente utilizan materia prima de primera calidad, algo que consideran que “es lo que tenemos que cuidar porque no lleva otra cosa”.

Precisamente, este proceso sin filtrados y con una segunda fermentación en botella para producir el gas de forma natural, consideran que es la gran diferencia que tiene su cerveza respecto de otras de gran producción. Eso sí, también conlleva que tarden mucho más en poder tener su producto listo para enviar al mercado, teniendo en la actualidad una capacidad de producción de unos 8.000 litros de cerveza al mes.

Y mientras trabajaban duro para tratar de sacar adelante su pequeña empresa desde el interior de la provincia de Málaga, les llegó una gran oportunidad de negocio, aunque en un primer momento creyeron que no era verdad y que se trataba de algún tipo de spam que buscaba engañarles.

“Un día nos llegó un correo electrónico diciendo que eran de Mercadona y que querían hablar con nosotros, pero pesamos que era un spam y no contestamos, tuvieron que llamarnos ellos por teléfono para preguntarnos si habíamos recibido un correo suyo y decirnos que era cierto, que no se trataba de ningún tipo de engaño”, cuenta entre risas Isidro Paz.

“Pensamos que no podía ser cierto que Mercadona se hubiese fijado en nuestra cerveza”, explican, aunque aquel primer contacto fructificó y tras enviar diversas muestras a la empresa se convirtieron en sus proveedores con la marca IPA. Y es que aquella cerveza artesana que había llegado al personal especializado de Mercadona para localizar productos específicos para sus clientes encajaba dentro de los requisitos que les estaban demandando.

En estos momentos esta cerveza artesana producida en Ardales se puede encontrar en todas las tiendas de la cadena en la provincia de Málaga y Mercadona es en la actualidad uno de sus grandes clientes. “Ahora nos conocen en las ferias como los de Mercadona”, dicen, y es que la entrada en sus lineales también les está suponiendo una importante repercusión a la hora de que su marca se conozca.

Además, aseguran que les aporta la “tranquilidad” de iniciar el mes con la seguridad de que tienen un mínimo de ventas garantizado, algo que está siendo de gran ayuda en estos momentos de la crisis sanitaria en los que el 80% de sus ventas se están realizando mediante esta cadena de supermercados. Una cifra que en las condiciones normales representa un 40% del total de sus ventas.

Eso sí, a pesar de las dificultades, ambos se muestran ilusionados con poder volver a la normalidad anterior a la llegada de la pandemia, ya que en la restauración tienen otro de sus importantes puntos de venta que se complementa con las ventas mediante internet, sector que también creció durante la actual crisis. “Esto no tiene que parar”, dice Juan, que no pierde la ilusión e insiste en la necesidad de seguir trabajando para salir adelante con los mismos parámetros que han tenido hasta el momento.

Y es que la filosofía de su empresa sigue intacta, apostando por la calidad como principal premisa y la utilización de un proceso natural que también certifica su pertenencia a Sabor a Málaga y al grupo de cerveceros independientes que forman parte de este mismo concepto de producción. Precisamente, ese proceso natural es una de las grandes garantías, ya que exige unas condiciones de limpieza extremas, ya que una mínima contaminación provoca que no llegue a formarse la cerveza.