Castañas, pocas pero de buena calidad
Medio Ambiente
El Valle del Genal se adentra en la recta final de una campaña con bajos precios y baja producción
Malestar con algunos senderistas que recogen frutos en zonas privadas sin permiso
No hay mucha castaña en el Valle del Genal, aunque la poca que hay es de calidad. Es la afirmación que repiten insistentemente los cosecheros que estos días se adentran en los últimos días de recogida en los bosques de castaños del conocido como bosque de cobre, una marca que cada año atrae a un mayor número de visitantes pero que también conlleva aspectos negativos como la recogida de frutos en zonas privadas por parte de algunos senderistas sin permiso. Un hecho que generó conflictos en el momento que son apercibidos por parte de los propietarios y algunos no aceptan de buenas formas que nos les dejen coger unas “pocas” de castañas.
Un aspecto especialmente delicado cuando este año se trata de una campaña con una producción baja y unos precios que tampoco están acompañando, por lo que cada kilo de castaña perdido es realmente importante para unos productores que no pasan por el mejor de los momentos, hasta el punto de que en localidades como Igualeja han llegado a realizar protestas por los bajos precios que estaban ofreciendo los almacenes. De hecho, algunos de los productores han optado por dejar de recoger en el momento que llegaron a un euro por kilo de castaña, algo que no consideran lógico cuando en los supermercados se puede encontrar el kilo de castañas por encima de los 5 euros.
Mientras tanto, en la cooperativa de segundo grado Castañas Valle del Genal situada en Pujerra esperan poder defender los precios de sus socios en el mercado y mantenerlos por encima del umbral de la rentabilidad. En sus instalaciones se esperan procesar este año sobre unos 700.000 kilos de castañas, una cifra muy inferior a la que se recibe cuando se trata de un año con una cosecha normal en el que suelen llegar a los 1,5 millones de kilos.
Eso sí, aseguran que se trata de unas castañas con muy buena calidad y calibre con un bajo porcentaje de piezas que puedan presentar algún tipo de defecto que pueda afectar a su calidad.
Ayer todavía algunos castañeros seguían llevando su recolección hasta los puntos de descarga mientras en el interior de las instalaciones los diferentes equipos procedían a la selección y envasado de una castaña que tienen en el mercado europeo su principal destino. Suiza, Alemania e Italia son los principales mercados de consumo de una castaña que es muy apreciada por su especial dulzura, mientras en España tan solo se destina una pequeña parte a Cataluña. También la vecina Portugal se lleva parte de la castaña que sale de esta cooperativa, una de las grandes productoras de la zona.
Mientras tanto, en el campo los cosecheros siguen realizando un duro trabajo que este año es todavía más complejo por la poca cantidad de frutos existentes.
Eso sí, el ritual no cambia. El cesto y los guantes para las manos son dos elementos fundamentales para poder realizar este duro trabajo en el que las duras pendientes hacen que durante la mayoría de la jornada las posiciones para la recogida no sean nada cómodas para el cuerpo.
Una recogida manual que hace que el coste de la misma en mano de obra se dispare, por lo que con precios bajos y poca producción aseguran que es muy complicado recoger en un día la cantidad de castaña necesaria para poder cubrir el salario de un jornalero.
Muchos se resignan a recogerlas para tratar de sacar algo de rentabilidad y poder mantener sus explotaciones, aunque han tenido que recurrir a contar con menos personal externo para realizar este trabajo.
Mientras tanto ya hay formaciones políticas que reclaman medidas especiales para mantener esta actividad y un ecosistema como el castañar.
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