Despoblación, un mal contra el que luchan los pequeños municipios

Sociedad

Turismo, naturaleza, arte o innovación son algunas de las armas que están utilizando en su particular guerra mientras piden una fiscalidad especial

El interior de Andalucía se queda sin habitantes: estas son las zonas más vacías de la comunidad

Benarrabá cuenta con un centro de innovación tecnológica / Javier Flores

La Serranía de Ronda y, en especial, el Valle del Genal, es una de las zonas más afectadas por la despoblación en la última década junto a municipios de la Axarquía, la otra zona de interior que también sufre en gran medida este problema.

En pleno arranque de la maquinaria política por la proximidad de las elecciones locales y generales que se celebrarán este año, es muy probable que la llamada ‘España vaciada’ vuelva al primer plano de la actualidad política para posteriormente volver a caer en el olvido una vez que se abran las urnas y se recuenten los votos. Es el sentir general de vecinos y alcaldes de diferentes signos políticos, que desde hace tiempo decidieron emprender su lucha particular contra este problema sin esperanza de que las grandes administraciones viniesen al rescate. Es más, algunos hasta llegan a pedir que ni intervengan, ya que temen que las soluciones que aporten pasen por las energías renovables, que no sirven para crear riqueza, sino solo para aprovechar la energía y dañar el paisaje, uno de los pocos recursos que todavía les permiten subsistir gracias a su atractivo para el turismo.

Y es que estos colectivos y los municipios consideran que la apuesta por el medio natural y la agricultura sostenible, como es el caso de los viñedos y las bodegas, son una de las pocas oportunidades que sigue teniendo este territorio para mantener su población. “El objetivo es mantenerse, no ya crecer”, reconoce el alcalde de Benarrabá, Silvestre Barroso (PP).

Turismo y naturaleza son dos armas que ayudan a mantener los pequeños negocios / Javier Flores

Un municipio que en los dos últimos años logró revertir la pérdida de población que venía sufriendo en los últimos diez años y volver a crecer. Para ello han sido numerosas las iniciativas que se han puesto en marcha, como el alquiler de locales a 50 euros para empresas cuyos propietarios están empadronados en el municipio, la puesta en marcha de un aparcamiento para autocaravanas, un hostel y un centro de innovación que cuenta con zonas de coworking dotadas de banda ancha. Además, vecinos llegados de grandes capitales han elegido este pequeño y tranquilo municipio enclavado en mitad de la naturaleza para retirarse.

Ahora el Ayuntamiento también se encuentra inmerso en la creación de una comunidad energética que permita instalar placas solares en diversos edificios para conseguir que los vecinos puedan obtener una reducción en el precio de la electricidad.

“La única fórmula que tenemos para luchar es que los vecinos encuentren ventajas a vivir aquí y la fiscalidad es fundamental”, dice Barroso, que también cree que desde las administraciones superiores sería un buen camino a seguir. “No puede ser que un autónomo que trabaja en Benarrabá pague lo mismo que aquellos que lo hacen desde zonas en las que hay más oportunidades”, señala el alcalde. De hecho, están estudiando la posibilidad de conceder ayudas para el pago de parte de la cuota de autónomo para los vecinos del municipio que trabajan con esta fórmula de cotización.

Además, su apuesta por el turismo y las reuniones de trabajo en el centro de innovación hacen que se fomenten los alojamientos, las compras en las tres tiendas del pueblo y el consumo en sus bares.

En una línea similar trabajan en Jimera de Líbar, una pequeña localidad del valle del Guadiaro donde su Ayuntamiento está fomentando la creación de pequeñas empresas con alquileres de edificios y locales públicos a precios de solo 100 euros de alquiler al mes. Así funcionan ya varios restaurantes, un pequeño hotel y está previsto que próximamente arranquen su trabajo una fábrica de quesos artesanales y una empresa dedicada al cultivo de setas y la micología.

Las malas comunicaciones son uno de los principales problemas. / Javier Flores

En su caso también están adquiriendo viviendas y rehabilitándolas para ponerlas en alquiler de larga temporada y así posibilitar la llegada de nuevos vecinos, ya que la mayoría de las disponibles en estos momentos están dedicadas al turismo rural.

“Necesitamos que nos ayuden a poder rehabilitar más viviendas y que vivir en nuestros municipios tenga ventajas fiscales, es la única fórmula”, dice su alcalde, Francisco Lobo (PP).

Y es que los responsables políticos son conscientes de que las comunicaciones son un importante inconveniente que no parece que pueda tener solución a corto plazo, por lo que, aunque piden su mejora y consideran que este es otro aspecto fundamental, creen que deben llegar también otras medidas que puedan suplir esta carencia.

Otro de los municipios que también tiene declarada su particular guerra a la despoblación mediante el arte contemporáneo es Genalguacil, otra de las localidades que aparece como de las que más población perdió en la última década pero que en los últimos años logró frenar la sangría y hasta salvar su colegio público con el nacimiento de varios niños.

Su alcalde, Miguel Herrera (PSOE), también lamenta el “abandono” generalizado que sufren por parte de las administraciones superiores, al tiempo que reclama mejoras en comunicaciones, servicios o sanidad. “Que no me digan que la Junta, Diputación o el Gobierno no pueden exigir a las entidades financieras que para trabajar con ellos tienen que mantener sus servicios en el territorio”, dice Herrera en relación al cierre de la única oficia bancaria con la que contaba la localidad.

La población mayor necesita muchos cuidados. / Javier Flores

En su caso apostaron por una combinación de cultura y naturaleza para tratar de revertir la situación, siendo en estos momentos uno de los proyectos que se ponen de ejemplo a nivel europeo tras su apuesta por el arte contemporáneo y la llegada de creadores y artesanos.

Hemos conseguido en los últimos años atraer a artistas, artesanos y vecinos que creen que en Genalguacil pueden tener una oportunidad”, señala Herrera, que lamenta no tener más apoyo de otras administraciones para poder hacer una apuesta mayor.

Mientras tanto, son habituales las ayudas a la natalidad que buscan fomentar la llegada de parejas jóvenes y así garantizar un mínimo de población, como es el caso de Cartajima, otra pequeña localidad que mantiene este incentivo y también ayudas escolares.

Un mal que incluso ya afecta a la cabecera de la comarca, Ronda, que también pierde población aunque sea a menor escala y a pesar de su pujanza turística. En su caso se decidió renovar sus planeamientos urbanísticos para hacer más atractiva la llegada de inversores y revitalizar su casco histórico, uno de los más visitados de Andalucía pero en el que invertir es complejo por la burocracia actual Al tiempo buscan facilitar el desarrollo de sectores como las pujantes bodegas que ya existen.

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