Detienen en Yunquera a un presunto maltratador que saltó por un balcón para intentar huir
Estaba conviviendo con su pareja a pesar de tener una orden de alejamiento
Un vecino de Coín hace un pedido de comida y encañona con un arma al repartidor para robarle
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Málaga/La Guardia Civil ha detenido a un supuesto maltratador en Yunquera después de saltar por el balcón de la vivienda en la que convivía con su pareja pese a tener una orden de alejamiento.
Los agentes tuvieron conocimiento el pasado enero de que un hombre estaba conviviendo con su pareja pese a tener una orden de alejamiento y aunque intentaron que depusiera su actitud el investigado se negó, según han informado a Efe fuentes de la investigación.
Debido a ello, la Guardia Civil lo puso en conocimiento del Juzgado que ordenó que se le detuviera por lo que tras intentar que abriera la puerta se vieron obligados a derribarla, momento en el que el hombre decidió saltar por el balcón, donde le esperaba un agente de paisano.
El diario Sur, que adelanta la noticia, señala que el hombre había retomado la relación con la pareja y que según los vecinos las discusiones eran habituales.
La mujer en la valoración realizada por el sistema VioGen de protección para las víctimas de violencia de género se encontraba en un nivel de riesgo alto.
Detenido por robar a un repartidor al que amenazó con una pistola
Por otra parte, la Guardia Civil ha informado este lunes de que después de meses de investigación ha conseguido identificar y detener a un vecino de Coín como presunto autor de un delito de robo con violencia e intimidación cometido a un repartidor de comida después de encañonarle con un arma, que resultó ser de aire comprimido, y rociarle con espray para robarle.
Los hechos ocurrieron el pasado mes de octubre cuando el autor del hecho realizó un pedido en un restaurante de la localidad de Coín que debía de ser entregado en una ubicación determinada.
Durante el pedido, el detenido solicitó al restaurante que el repartidor llevara consigo cambio de efectivo ya que, iba a pagar con un billete de 200 euros, asegurándose de esta manera que el repartidor llevaría más dinero en metálico del que suelen llevar habitualmente.
Cuando el empleado del restaurante llegó a la dirección que el autor del hecho le había indicado, un aparcamiento sin iluminación ubicado en la misma localidad, este le estaba esperando ocultando su rostro con un pasamontañas, encañonó al repartidor con un arma y le roció la cara con un espray, causándole lesiones por la que tuvo que ser atendido en un centro sanitario.
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