Fabio Rivas, el caleidoscópico poeta de Algarrobo
Tras cinco novelas, publica ‘Como brota el romero en el páramo yerto’, su primer libro de poemas con versos que lleva escribiendo desde su adolescencia
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Las malas intenciones
Málaga/Fabio Rivas, que es psiquiatra, comenta que el alma humana es difícil encasillarla en un único interés. “Todo el mundo tiene una personalidad caleidoscópica. Y esa multitud de caras, cada uno la distribuye como le gusta, puede o se arriesga. Todos somos un montón de cosas. Incluso, las que no expresamos y se quedan en nuestras fantasías”.
Así se explica cuando se le pregunta cómo encaja su profesión con su faceta de escritor. Aunque su lado más conocido es el de médico –fue jefe del área de Salud Mental del Hospital Regional–, su polifacética vida le ha llevado a escribir ya cinco novelas y a atreverse esta vez con la poesía. Lleva enlazando versos toda la vida. Pero ahora publica Como brota el romero en el páramo yerto, de la editorial EDA, su primer poemario y premio Ateneo UMA 2022.
Confiesa que tras cinco novelas, este trabajo literario le genera bastante ilusión. “Porque es algo nuevo que públicamente expongo y también por motivos personales y familiares”, comenta. Y lo expone por razones obvias: “Uno escribe para ser leído. No existe novela sin lector, no existe poemario sin lector. Siento pudor, pero también la necesidad de exhibirlo y que la gente lo lea, con todo lo que eso signifique”.
El mar, el amor, el paso del tiempo o el placer de vivir son los hilos conductores de sus estrofas. Dice que escribe desde pequeño, por la “necesidad vital” de “darle firmeza a sentimientos, emociones, pensamientos a través de las letras”.
Es su primera incursión en la poesía, pero en Como brota el romero en el páramo yerto no están todos los versos que ha escrito de forma paralela al ejercicio de la Medicina o a la construcción de sus cinco novelas. Muchos se han quedado fuera. Y tiene además muchos otros en su cabeza. Por eso confiesa: “Me gustaría publicar un segundo poemario”. Rivas no traiciona su vena de novelista, sino que suma su pulsión de poeta. Dice que hay periodos en los que le brota escribir en verso. “Me sale y me satisface”, explica.
Este facultativo lleva ya en torno a un lustro jubilado. Como médico. Jamás podrá retirarse como escritor. Porque cuando las frases le bullen en su interior, tiene que plasmarlas por escrito dado que es la única forma de apaciguarlas: “A veces una palabra va tirando de sentimientos, añoranzas, experiencias... Y se va conformando un poema. Luego hay que podarlo, darle ritmo interior y convertirlo en algo bello”.
Rivas –que fue articulista de Málaga Hoy– cuenta que escribe poemas “desde pequeño” y opina que en el oficio de escritor, no alcanza sólo el impulso. Los textos “hay que trabajarlos, darles forma, ritmo, vida. Quitar cosas... Y eso vale tanto para la novela como para la poesía”. Luego reflexiona: “No hay nada que merezca un poco la pena que no vaya acompañado de trabajo”.
Frente a esa cultura del tesón y la perseverancia, cree que vivimos tiempos “líquidos, superficiales y tontorrones”. La parte negativa, dice, es que se pierden esfuerzos y tiempo que podrían dedicarse a “crear un mundo bello, no de tanta avaricia”. La positiva, que “facilita que uno se meta en uno mismo”, lo que en su caso favorece la escritura. Pero a continuación aclara que “no se puede vivir refugiado en uno mismo”.
Rivas nació en 1952, en el pueblo malagueño de Algarrobo. Es reflexivo y pausado, características de su personalidad que traslada a sus obras. Por eso, en ellas tan pronto indaga en las contradicciones del alma humana como critica la sociedad actual, que “vive una involución al estado de primates”.
Sus novelas publicadas
Sus novelas publicadas son Jesús el Querubino y la estrategia del mal, 1936, Debes dar muerte aquí a tu cobardía, Mester de Monos (La involución) y La risa (El Otro Proceso de Josef K). Ahora llega a las librerías Como brota el romero en el páramo yerto, su debut en la poesía. En estos versos, Rivas habla del mar, de la muerte:
Habrá otros ojos
para este mar añil que me rodea,
para la tibieza de las aguas en las que me zambullo.
Habrá otros ojos,
cuando me vaya para siempre –los párpados yertos–,
por la senda oscura y sin retorno de los muertos.
Del amor:
Eres hoja y sombra, manos y cuerpo,
ojos que brincan en el jardín de los helechos;
mujer sabia, hálito generoso y desbocado,
cuadriga sempiterna de mástil enarbolado,
que a tientas me atina en el oscuro tálamo de la noche.
De las pérdidas:
Hay días que huelen a muerto
días poblados por la niebla del sueño,
días en los que todo se deshabita
y ni siquiera tu presencia se aguarda,
como si tú tampoco hubieras existido,
como si yo nunca hubiera anidado nunca
en el atrio dilecto de tu boca.
E incluso de la sequía:
Se ha borrado el reguero de la lluvia,
un secarral que recorre ahora el camino
que paseábamos juntos, cuando los humedales...
La vieja encina no es más que un cúmulo
de madera cenicienta y reseca.
Su primera obra vio la luz allá por 1977. Dos años más tarde, ganó el primer premio del certamen literario nacional La imaginación y el saber con Camus por él mismo: prolegómenos por un tratado de la felicidad. En 2008 obtuvo el premio PSN de novela corta con Dospierre.
Tras varios reconocimientos literarios y con cinco novelas en su haber, Rivas se arriesga con la poesía en Como brota el romero en el páramo yerto. Cuesta 12 euros. Está en las librerías de Málaga (Casa del Libro, El Corte Inglés, Carrefour, FNAC, Librería Luces, Librería Proteo Prometeo), en las de toda España y también por Amazon. Una oportunidad de conocer otro lado más del mundo interior de este caleidoscópico poeta de Algarrobo.
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