Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Las Tres Gracias del presupuesto andaluz y Séneca
Medio Ambiente
El Ayuntamiento de Campillos ha presentado los resultados del estudio realizado a principios de verano sobre el origen de los malos olores que afectan a la localidad y que han generado numerosas quejas por parte de los vecinos, por lo que dese el Consistorio se decidió contratar a una empresa especializada para tratar de encontrar el origen de los mismos. En este sentido, según explicaron los responsables municipales y de la empresa Hydrens, la principal causa se encuentra en las granjas situadas a menos de un kilómetro el casco urbano y por la utilización inadecuada de los fertilizantes, en concreto, purines, digestato y fango producido en estaciones de tratamiento de aguas residuales.
Entre las zonas analizadas como posibles focos se encontraban las balsas de purines de granjas de porcino, la planta de biogás instalada hace unos años en la localidad, la estación municipal de tratamiento de aguas residuales, la fábrica destinada al proceso de fabricación de piensos ubicada en Campillos (Procavi) y los trabajos de fertilización del terreno mediante la aplicación de purines, digestato y fangos procedentes de estaciones de tratamiento de aguas residuales
Tanto el alcalde del municipio, Francisco Guerrero, como el delegado municipal de Medio Ambiente, Diego Lozano, anunciaron que está previsto a corto plazo que las granjas que han sido señaladas por parte de los especialistas dejen de operar en las zonas en las que actualmente se encuentran ubicadas, por lo que dejarían de ser uno de los focos emisores.
Por otra parte, también se anunció que se procederá a mantener un encuentro con agricultores y ganaderos para informar sobre el modo correcto de utilizar este tipo de fertilizantes sin que se convierta en en problema para la localidad, para lo que será necesario en tener en consideración las condiciones meteorológicas, las distancias con el casco urbano o el no realizar estos trabajos durante la noche.
“El propósito de este estudio es el de encontrar soluciones a este problema que atañe a todo el municipio desde hace un tiempo. No queremos que se interprete esto como una búsqueda de culpables ni que suponga señalar a ninguna actividad determinada”, dijo Lozano, que insistió en que “el fin es disponer de datos contrastados de forma técnica y científica que faciliten la toma de decisiones objetivas para consensuar con todas las partes implicadas las medidas correctoras que nos ayuden a minimizar los malos olores. Hasta el momento, la predisposición de colaboración y búsqueda de soluciones de las partes afectadas ha sido muy buena”.
“Con cielo nublado o durante las noches, resulta crítico que exista una mínima velocidad de viento para favorecer la dispersión" de los malos olores si se aplican el purín o el digestato como fertilizantes”, indican en el estudio.
A pesar de que la planta de biogás o las balsas de purines de granjas situadas a más de un kilómetro de la localidad no se considera que sean los principales focos causantes, se recomienda que se tomen medidas correctoras para evitar que en días con condiciones meteorológicas especiales puedan producirlos.
El estudio también pudo constatar que en el municipio se registra una media superior a 5 unidades de olor, al tiempo que cuenta con "zonas críticas" en las que se registran hasta 20 unidades de olor.
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