De Navalacruz a Sierra Bermeja: los grandes incendios crecen un 25 % este año

En lo que va de año la Guardia Civil ha detenido o investigado a más de 300 personas por delitos de incendios forestales

Un coche circula por una de las zonas devastadas por el fuego.
Un coche circula por una de las zonas devastadas por el fuego. / Daniel Pérez / Efe
Efe

14 de noviembre 2021 - 16:38

Madrid/En lo que va de año la Guardia Civil ha detenido o investigado a más de 300 personas por delitos de incendios forestales, cada vez más peligrosos. Solo este año, los grandes incendios han aumentado un 25 por ciento y un tercio de la superficie quemada se inició por un vehículo.

Este fue el origen del incendio más grave de 2021, el de Navalacruz, en Ávila, que arrasó más de 22.000 hectáreas el pasado mes de agosto. Un coche averiado comenzó a arder en el arcén de una carretera y pronto las llamas se extendieron al monte.

Las elevadas temperaturas, la escasez de humedad y las fuertes rachas de viento cambiante favorecieron la expansión y dificultaron la extinción de un incendio cuya investigación se ha archivado judicialmente esta misma semana, al no poder imputar delito ni al conductor del vehículo siniestrado ni a los participantes en las labores de extinción.

A poco más de un mes para que concluya 2021 la Guardia Civil hace balance este sábado de sus actuaciones contra los incendios forestales. Destacan que, aunque el número de fuegos haya descendido respecto a la media de la última década, los que se producen son más peligrosos y se llevan por delante más hectáreas, unas 85.000 calcinadas este año.

Lo que no varía es el factor desencadenante del fuego, pues en la mayoría de los incendios forestales -cerca del 80 %- la mano humana está detrás, sea por la obra de un incendiario, por negligencia en el uso de un fuego o por una imprudencia.

Entre las causas más comunes están las hogueras, las quemas agrícolas o el mal estado de las líneas eléctricas.

Pero este año en 35 incendios considerados grandes, los de más de 500 hectáreas quemadas, el inicio fue un vehículo bien por una avería, accidente o por una mala combustión que desencadenó en fuego, lo que sucedió no solo en el incendio de Navalacruz, sino también en el de Villarrasa, en Huelva, con 870 hectáreas quemadas en julio.

La Guardia Civil detuvo a dos personas. El origen fue un camión con falta de mantenimiento.

Además de estos fuegos, destacan el que afectó a Sierra Bermeja, en Málaga, declarado el 8 de septiembre y que se dio por extinguido un mes y medio después. Quemó casi 10.000 hectáreas de tres espacios naturales protegidos y provocó la muerte de un bombero.

Más de un millar de personas tuvieron que ser evacuadas, en tanto que la investigación apunta que pudo ser intencionado, si bien no se han producido detenciones.

La Guardia Civil sí arrestó a una persona como responsable de provocar el fuego en un paraje natural de San Roque para distraer a las fuerzas de seguridad mientras un grupo de narcotraficantes introducían en una lacha droga desde la costa africana.

Un modus operandi que los investigadores habían detectado en otras ocasiones en la misma zona, por lo que al detenido le imputaron ocho delitos de incendio forestal.

También fue detenido el presunto autor de un fuego que costó la quema de numerosas hectáreas en el paraje natural de la Sierra de Tramontanda en Valldemossa, en Palma de Mallorca. El arrestado usó mascarillas quirúrgicas para disimular el artefacto con el que provocó el incendio.

Y por imprudencia grave fue arrestada a mediados de septiembre una mujer como presunta autora del incendio que en julio sufrió una zona del pantano de San Juan, en Madrid. Había prendido fuego a un papel que originó luego las llamas.

La Guardia Civil utiliza para la investigación de incendios forestales el programa Copernicus de la Unión Europea, que mediante satélites y sistemas de medición en tierra, mar y aire, permite a los agentes conocer el avance del fuego al instante, así como conocer la afección al medio ambiente y esclarecer la autoría.

La investigación policial y criminal, así como la exigencia de responsabilidad a los autores, respondiendo en muchos casos con su propio patrimonio por los daños causados al medio ambiente, constituyen una de las medidas más eficaces para su prevención, puesto que genera un efecto disuasorio en el incendiario y en la conducta negligente del resto de los ciudadanos.

Más de 100.000 servicios ha prestado el Instituto armado este año para la prevención, investigación, formación y divulgación sobre incendios forestales.

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