Pitaya 'mochana' cultivada con un sistema de producción sostenible

Agricultura

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Ana Pérez recoge una de sus primeras pitayas
Ana Pérez recoge una de sus primeras pitayas / Javier Flores

30 de julio 2023 - 06:28

La falta de agua se está convirtiendo en problema y en algunas zonas como Humilladero el déficit hídrico es muy importante desde hace años, por lo que Francisco Sanzo, un agricultor de la zona, comenzó a pensar en la posibilidad de poner en marcha un proyecto que fuese un paso más allá y que, además de necesitar poca agua, fuese una evolución de la agricultura con un método de cultivo sostenible.

Por ello comenzó a plantear la posibilidad de implantar en la zona el sistema de invernaderos que se utilizan en otras provincias como Almería o Huelva con muy buenos resultados. Una idea que comentó con su amigo Antonio Quirós , un empresario que tras dejar Madrid se instaló en esta localidad de la comarca antequerana. Tras ellos Ana Pérez, ex alcaldesa de Humilladero, también se sumó a la idea inicial de su marido, a los que se sumaron dos antiguos socios de Quirós en el pasado.

Tras realizar diferentes investigaciones sobre el tipo de infraestructura se decidieron por un invernadero controlado por tecnología que permite adaptar sus condiciones interiores de humedad y temperatura a las necesidades de la plantación y que cuenta con un sistema de riego hidropónico para que fuese hídricamente sostenible. En cuanto al cultivo, tras diversas opciones, finalmente terminaron decantándose por la pitaya, una planta que produce la conocida como ‘fruta del dragón’ a la que se le asignan numerosas cualidades beneficiosas para la salud.

En el invernadero cultivan variedades rosas y blancas.
En el invernadero cultivan variedades rosas y blancas. / Javier Flores

Eso sí, se trataba de un cultivo sobre el que no había mucha información, por lo que buscaron asesoramiento técnico para investigar sobre el mismo, la forma de cultivo y el tipo de variedad que sembrar. Finalmente optaron por una variedad autopolinizable que facilita el trabajo aunque necesite un poco de ayuda para que se complete el ciclo.

Un invernadero sostenible que hace que el consumo de agua sea muy inferior al que tendría el cultivo tradicional sobre suelo. Además, el sistema instalado permite la recuperación de dos tercios del agua que se utiliza en cada riego que realiza el sistema de riego y vuelve a reutilizarse.

Los 1.000 metros de cubierta también cuentan con un sistema de recogida de agua de lluvia que estos momentos se reconduce hacia el acuífero. “Devolvemos más agua de la que utilizados”, dice Quirós.

Las instalaciones cuentan con unas 5.000 plantas
Las instalaciones cuentan con unas 5.000 plantas / Javier Flores

Además, el sistema también cuenta con sensores que determinan cuando hay que regar y la cantidad que tiene que aportar, algo que hace de forma automática, lo que también ayuda al cuidado de las plantas.

Ahora, tras la puesta en marcha de las instalaciones sus promotores esperan que a finales de agosto comiencen a tener la primera gran producción del año, aunque ya se han recogido las primeras frutas que presentan una buena calidad, dulzor y acidez que esperan que puedan situarlas en el mercado dentro de la alta gama.

En el interior del invernadero se han plantado unas 5.000 plantas que se cuidan con mimo por los empleados de Mochana Green y que tienen en previsión recoger esta campaña unos 70.000 kilos de pitaya.

De momento los promotores se muestran muy ilusionados con el proyecto y la evolución que está llevando. “La pitaya que estamos recogiendo está muy rica, aunque ahora viene el reto de lograr venderla”, explica Ana Pérez

Los primeros kilos ya están disponibles en la web de la empresa y también han iniciado los primeros envíos que en esta primera campaña está previsto que se destinen al mercado nacional.

No obstante, ya están tramitando la documentación necesaria para obtener las autorizaciones necesarias para poder exportar este producto.

De momento han optado por el cultivo de la pitaya porque consideran que se trata de un producto del que existe ahora una considerable demanda y del que no existe una gran producción de calidad.

La flor de la pitaya solo dura 12 horas y en ese tiempo debe polinizarse.
La flor de la pitaya solo dura 12 horas y en ese tiempo debe polinizarse. / Javier Flores

Eso sí, no descartan poder ampliar las instalaciones e introducir otros tipos de cultivos que se adapten a este tipo de producción.

Lo importante es el sistema sostenible que hemos puesto en marcha con estas instalaciones, a partir de ese punto podemos variar los cultivos”, explica Antonio.

Además, estas instalaciones también les han permitido que las plantas comiencen la producción de pitaya con tan solo un año de vida, aunque no habitual es que se tenga que esperar hasta tres años. Tal es la pasión con la que están viviendo su proyecto que en sus casas están probando el producto con diferentes elaboraciones y se han llegado a atrever con la elaboración de gazpacho, ali oli y hasta con arroz.

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