Ronda se pone seria con el exceso de ruido en los locales de ocio
Aumentan los controles y se aprovecha la apertura de nuevos establecimientos o el cambio de titularidad para obligar a establecer medidas dirigidas a limitar el sonido
Las quejas de vecinos por el ruido que generan los locales de ocio es un clásico. De hecho, atender las quejas de los residentes es una tarea que ocupa buena parte del tiempo y del esfuerzo de los policías locales. Estas quejas se incrementan con la llegada del verano, cuando la estancia en la calle se prolonga durante más tiempo. Aunque desde 2003 existen disposiciones legales que regulan y castigan el exceso de decibelios, hasta el momento ha primado la permisividad en su aplicación.
A pesar de todo las quejas han favorecido que los controles sobre los limitadores de volumen se incrementen y que la apertura de locales o los cambios de titularidad lleven implícito el cumplimiento todas las medidas correctoras. Este es el caso de Ronda, donde desde hace un tiempo se puede ver la presencia de los operarios de empresas especializadas realizando los correspondientes estudios y los posteriores acondicionamientos para cumplir con la normativa y poder abrir los establecimientos al público. De hecho, las reiteradas denuncias por parte han motivado el cierre de algunos locales. El delegado municipal de Seguridad, Fernando Corrales, se mostró rotundo al señalar que "no vamos a ser flexibles en este asunto y la normativa se va a aplicar a rajatabla".
Pero esta legislación se topa de lleno con los importantes costes que conlleva la insonorización de un local, que requiere de la utilización de material especializado. Realizar el estudio previo para comprobar las condiciones del local y ver qué medidas correctoras se tienen que adoptar tiene un coste aproximado de unos 600 euros. Para realizarlo es necesario el emplear un sonómetro y un dodecaedro que lanza sonido en todas las direcciones. A ello une la utilización de otro sistema para comprobar el aislamiento del suelo y las paredes para detectar fugas de sonido. Después se tiene que elaborar un estudio de las medidas necesarias. La conclusión es que es necesaria una inversión que oscila entre los 6.000 y los 18.000 euros para los locales existentes en la ciudad y si el establecimiento que supera los 300 metros el precio de la insonorización se puede disparar a los 60.000 euros.
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