Sierra Bermeja, una joya que trata de sobrevivir

Medio Ambiente

Expertos creen que tardará entre 20 y 30 años en recuperar su imagen anterior, al tiempo que advierten sobre el riesgo de alterar el suelo

Los dos últimos grandes incendios de Sierra Bermeja quemaron la mitad que los de 50 años anteriores

Trabajos de retirada de pinos quemados junto a la carretera de Peñas Blancas
Trabajos de retirada de pinos quemados junto a la carretera de Peñas Blancas / Javier Flores

Sierra Bermeja cumple un año desde que le afectase el primer gran incendio de los dos que sufrió en este tiempo, afectando a miles de hectáreas que quedaron completamente calcinadas y provocando la evacuación de miles de vecinos, pérdidas medioambientales incalculables, daños económicos de consideración para muchos propietarios privados y, desgraciadamente, la muerte de uno de los bomberos forestales del Infoca que luchaban contra aquel auténtico infierno en la tierra.

Pasado el tiempo y tras apagarse las llamas, la tónica sigue siendo muy parecida en aquel paraje. El sonido de las motosierras talando pinos y el ruido de las máquinas de les acompañan para el transporte de la madera es el sonido predominante.

En estos días los cauces temporales bajan secos y el soniquete del agua al pasar tampoco está. Tan solo algunos de los parajillos que revoletean por algunas de las zonas que no se quemaron del todo rompen el silencio de la naturaleza.

Mientras tanto, el rebrote del monte bajo, el resurgir del verde en algunas copas de pino y el trabajo de los madereros están haciendo que el negro comience a retraerse en algunas zonas, aunque la mancha que dejaron las llamas sigue siendo inmensa.

Un paisaje que los expertos estiman que podría tardar entre 20 y 30 años en recuperar una imagen parecida a la que tenía antes del incendio, siempre que las llamas no le vuelvan a afectar.

Pequeñas porciones de pinos se han salvado en las zonas más afectadas.
Pequeñas porciones de pinos se han salvado en las zonas más afectadas. / Javier Flores

En este sentido, el catedrático en Geografía Física y Gestión del Territorio de la Universidad de Granada, José Gómez Zotano, mostró su desacuerdo con algunas de las medidas que se están tomando a la hora de realizar la gestión posterior del incendio, y es que considera que no en todas las zonas debería hacerse un corte de madera quemada tan “agresivo”, al tiempo que considera que debe evitarse el abrir demasiados caminos en la zona para alterar lo menos posible el suelo. Y es que cree no alterar el suelo es uno de los elementos más importantes.

Y es que, según explica, la propia madera quemada puede jugar un papel muy importante a la hora de su regeneración, por lo que considera que se tendrían que realizar en determinadas zonas entresacas y no cortar todo lo quemado. “No se puede generalizar porque Sierra Bermeja es muy variado, habría que analizar cada zona”, explica Gómez.

Además, también mostró su desacuerdo con la gestión anterior al incendio, señalando que “Sierra Bermeja estaba abandonada y sigue abandonada”, por lo que abogó por un cambio en el sistema de gestión de este espacio natural único por las especiales características de su suelo, ya que se asienta sobre un macizo de peridotitas. “Su pinsapar es algo único en el mundo”, dijo Gómez, que pidió aumentar su protección ante este tipo de incendios, al tiempo que resaltó la importancia del pino resinero en la zona, ya que se tiene comprobado que su existencia en el paraje se remonta a unos 12.000 años.

Mientras tanto, sobre el propio territorio las principales críticas a la gestión llegan desde el alcalde de Genalguacil, Miguel Herrera, que sigue insistiendo en el “abandono” al que considera que se está sometiendo a la zona interior. “Se han volcado con la costa”, dijo Herrera, que sostuvo que las promesas anunciadas por las administraciones por el incendio no se han materializado más allá de los trabajos de tala y el arreglo de algunos diques para evitar el efecto del agua. “Los privados siguen abandonados, han creado ayudas a las que no se pueden acoger porque no nos preguntan y no conocen nuestra realidad”, insistió.

Además, lamentó que no se hubiese puesto en marcha el prometido plan de empleo, al tiempo que sostiene que no se están realizando trabajos preventivos para evitar nuevos incendios.

Rebrote de monte bajo.
Rebrote de monte bajo. / Javier Flores

El problema es que no preguntan, la gente de la zona somos los que conocemos la realidad y lo que necesitamos”, dijo Herrera, al tiempo que reclamó que ejecuten las ayudas anunciadas por las diferentes administraciones. En este sentido, el Gobierno central anunció la ejecución de un programa para mejora de infraestructuras dañadas en zonas públicas, que será sufragado al 50% con la Diputación de Málaga. “Espero que la aportación de Diputación no se quede en esos 4,5 millones de euros y se llegue a los 9 millones de euros que se anunciaron”.

Menos crítico era el alcalde de Júzcar, Francisco Lozano, que se mostró satisfecho con la actuación que estaban realizando las administraciones y las actuaciones que están previstas en los próximos meses. “La verdad es que están actuando desde el primer momento”, en referencia a la realización de fajanas o tala de pinos quemados.

Mientras tanto, desde la Junta de Andalucía se aseguró que el 91% de las actuaciones que estaban previstas ya se han ejecutado por parte del Gobierno autonómico.

En cuanto a la Diputación de Málaga, sus responsables insistieron en que se han destinado 9 millones de euros a la zona para luchar contra los efectos del incendio. De esa cantidad, ha apuntado el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, 4,6 millones corresponden a actuaciones para la mejora de carreteras y caminos que afectan a municipios como Casares, Faraján, Genalguacil, Júzcar, Estepona o Jubrique; 1,9 millones para la reparación y adecuación de las infraestructuras hídricas en Júzcar, Faraján, Genalguacil, Jubrique y Casares; 1,4 millones para construir nuevas tomas de agua para camiones de bomberos en los 15 municipios del Valle del Genal y un millón en ayudas y subvenciones a agricultores, ganaderos, explotaciones forestales y empresas de comercio, restauración y turismo rural de los municipios afectados por el incendio (Genalguacil, Jubrique, Faraján, Júzcar, Pujerra, Benahavís y Casares).

Además, han destacado las acciones promocionales que se han desarrollado para la promoción turística de la zona, tanto en ferias especializadas como mediante campañas en medios de comunicación o la etapa de la Vuelta Ciclista a España.

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