Sierra de las Nieves: La extensa lista de actividades incompatibles que conlleva ser Parque Nacional

La nueva catalogación supondrá el fin de la caza, pesca, vuelos a baja cota o nuevas construcciones

Se establece una excepción para las que se consideren de “utilidad pública prevalente"

Camino de subida hacia el bosque de pinsapos situado en la Cañada del Cuerno. / Javier Flores

04 de julio 2021 - 07:20

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó este pasado viernes la declaración de la Sierra de las Nieves como Parque Nacional y establece algunas de las normas que regirán el funcionamiento de este espacio protegido, a expensas de lo que determine el plan de gestión y uso que deberá tener confeccionado la Junta de Andalucía en un plazo máximo de tres años.

Entre los aspectos referidos a las restricciones se determina que dentro del parque no podrán existir suelos susceptibles de transformación urbanística ni suelo urbanizado, excluyendo aquellas instalaciones que se consideran precisas para garantizar su gestión y contribuir a los objetivos marcados por el parque. De hecho, queda prohibido el nuevo establecimiento de “cualquier tipo de construcción, edificación e instalación permanente”.

Por otra parte, también se prohíben expresamente actividades como la “caza deportiva y comercial” y la “pesca deportiva y recreativa”, que deberán dejar de realizarse en aquellos terrenos en los que actualmente se pueda practicar. Tan solo, y previa autorización de las autoridades, se podrán practicar de forma puntual para control de las especies o captura de especies invasoras.

De igual modo, también se consideran incompatibles con los usos del parque infraestructuras como tendidos eléctricos, parques eólicos, instalaciones de tráfico terrestre, aéreo o remontes, así como aprovechamientos hidráulicos o hidroeléctricos, redes energéticas, trazados de vías de comunicación o caminos.

Únicamente, y previa autorización del patronato gestor, la administración competente podrá autorizar instalaciones que resulten precisas para la gestión del parque. Además, también quedarán prohibidas otras actividades como la explotación y extracción de minería y áridos o la tala con fines comerciales.

Refugio de Quejigales, una de las construcciones existentes. / Javier Flores

A ello se suman restricciones para volar por encima del espacio delimitado como Parque Nacional y que obligará a sobrevolar en una cota superior a 2.926 metros de altitud, asegurando así un margen de 1.000 metros sobre el punto de mayor elevación que existe.

En cuanto a las actividades que existen en estos momentos y que no se consideran compatibles con la nueva normativa, la administración responsable tienen un plazo máximo de cinco años para la supresión de estas actividades, para lo que se recomienda llegar a acuerdos voluntarios con los propietarios.

En este caso se establece una excepción para aquellas actividades que se consideran incompatibles pero de “utilidad pública prevalente”, para las que se deberán tomar las medidas correctoras necesarias para evitar el impacto medioambiental.

En cuanto a las poblaciones que viven en el interior del parque, se establece que se les apoye mediante el desarrollo de actividades económicas y comerciales de uso público y turismo rural.

Eso sí, no todo son restricciones, ya que también se establece el pago de indemnizaciones por parte de las diferentes administraciones por las limitaciones de derechos que se produzcan.

A ello se suma la posibilidad de que aquellos operadores que trabajan en la actualidad dentro de los límites del parque también pueden obtener subvenciones y ayudas dentro de los programas previstos para los parques nacionales.

En cuanto a las actividades tradicionales que hayan contribuido a la actual situación del parque podrán ser declaradas como compatibles en el plan de uso para que se puedan seguir desarrollando.

Una puerta abierta para Sierra Bermeja

Otro de los aspectos que recoge la publicación de la Ley que declara a la Sierra de las Nieves como Parque Nacional es la recomendación de que se puedan ir adquiriendo por parte de las administraciones las fincas situadas en el interior del parque o en la denominada como zona periférica. Una acción que se recomienda que se haga mediante acuerdo con los propietarios de los mismos. Además, también se contempla la posible ampliación del espacio a zonas limítrofes y que cuenten con similares características a las que posee el nuevo Parque Nacional. De este modo se deja abierta una puerta a las reivindicaciones que se vienen lanzando desde diferentes colectivos para que Sierra Bermeja también fuese incluida dentro del nuevo espacio protegido y que fue rechazada en un primer momento.

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