La reacción en El Burgo y Ardales tras la detención en Málaga del sacerdote por violar a mujeres

El silencio impera en El Burgo entre sus vecinos en el momento que aparecen los medios de comunicación, incluso en algún corrillo en el que están hablando del arresto del que era el sacerdote del municipio por presuntamente abusar de mujeres bajan el tono y hasta detienen la conversación en el momento que detectan la presencia de algún reportero o persona foránea que puedan pensar que lo es.

Preservando su anonimato, algunos acceden a hablar del asunto, aunque el mensaje se vuelve a repetir una y otra vez: "Era un hombre muy normal con un trato muy agradable", al tiempo que coinciden que no han tenido mucho tiempo para conocerlo porque llevaba poco tiempo como responsable de la parroquia.

Una de las pocas vecinas que no tiene problemas en hablar del tema es Francisca Ramírez, que asegura que “aquí ese hombre no tuvo ningún comportamiento raro, era muy agradable”. Ella, que se califica como una persona cercana a la comunidad de la parroquia, sostiene que en ningún momento tuvo sensación de que se estuviese sobrepasando ni nada parecido. “Fuera de aquí no sé lo que haría, pero aquí no hizo nada”, defiende.

Los vecinos sí reconocen que en estos días, tras saltar la noticia, es tema de conversación habitual y la mayoría coinciden en señalar la “sorpresa” por las informaciones que están saliendo a la luz.

Mientras tanto, en Ardales, municipio en el Francisco J. fue párroco durante cuatro años, también se extiende la conmoción entre los vecinos tras conocer que se trataba del mismo cura. “Estamos conmocionados. Es que ha sido cura de aquí cuatro años, la gente confía en ellos”, señala el alcalde del municipio, Juan Alberto Naranjo, al que le cuesta articular palabras al referirse a este caso porque reconoce que está en “shock”.

Desde el Ayuntamiento han condenado los hechos y han puesto los servicios municipales al servicio de cualquier persona que se puedan sentir afectada, aunque, según dijo “no tenemos constancia de que existan víctimas de aquí”.

El alcalde, que tuvo también relación con el sacerdote como hermano mayor de una de las cofradías del municipio antes de ser alcalde, asegura que nunca detectó ningún comportamiento sospechoso y que en los campamentos que se organizaron se marchaba tras los oficios religiosos. "Nunca vi nada que pudiese resultarme extraño o sospechoso", señaló.

En esta localidad, en la que ejerció como párroco entre agosto de 2017 y septiembre de 2021, no existe tanta unanimidad como en otros municipios a la hora de referirse al padre Fran, como le conocían muchos, y es que su rigidez a la hora de llevar la parroquia y algunas de sus actitudes no terminaban de gustar a todos, como que fuese habitual en fiestas. No obstante, otros vecinos consideran que era algo "propio de su juventud", ya que tan solo tenía 28 años cuando llegó a la localidad como su primer destino de sacerdote.

Algunos de los vecinos que tuvieron la oportunidad de tratarle de forma más directa reconocen también estar todavía el "schock" tras descubrir el lunes por la tarde de que se trataba del sacerdote con el que departían casi a diario y no logran entender lo ocurrido. "Era una persona afable, normal, no me lo podía creer cuando me lo dijeron", asegura este vecino que tampoco quiere dar su nombre.

Tras un rato de conversación otra vecina que también lo conocía reconoce que "era peculiar", y es que solía llamar la atención por sus atuendos veraniegos en pleno inverno serrano o por salir con un sahumerio a recorrer las calles en plena época de confinamiento.

Mientras tanto, en los bares, los vecinos comentan las últimas noticias sobre el caso al tiempo que otros se enteran en alguna de estas conservaciones que se trata del que fuera párroco del municipio, para su sorpresa. Muchos, preguntan preocupados si se sabe si alguna de las víctimas era del municipio. Nadie sabe responder, aunque con la esperanza de que no sea así.