El Supremo desestima el recurso por el despido colectivo del parque de atracciones Tívoli de Benalmádena

Málaga/El Tribunal Supremo (TS) ha desestimado los recursos de CCOO y el comité de empresa del parque de atracciones Tívoli, en Benalmádena, en relación al despido colectivo de sus trabajadores y los remite al Juzgado de lo Mercantil de Málaga que ya dio por extinguida la relación laboral.

En sus recursos de impugnación, tanto el comité de empresa como el sindicato CCOO solicitaban al Supremo que declarase "nulo o, subsidiariamente, no ajustado a derecho, con las consecuencias legales inherentes a tal declaración" el despido de los empleados en el marco del proceso concursal.

Sin embargo, la Sala de lo Social del tribunal -reunida el pasado 13 de septiembre- ratifica la sentencia 879/2022 del 11 de mayo de 2022 de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en relación al tema y donde declaraba "su falta de jurisdicción" sobre el despido.

Recuerda la jurisprudencia, dice el Supremo, que si bien las reclamaciones dirigidas al empleador corresponden al orden social de la jurisdicción, este criterio no aplica "cuando se esté impugnando la resolución extintiva de los contratos de trabajo".

Cabe recordar y así lo entiende tanto el TS como el TSJA, que la empresa Cipasa es quien ha venido explotando el parque hasta el 19 de enero de 2022, fecha en la que se ha autorizado el cese de la actividad, y que esta sociedad se halla en situación de concurso desde julio de 2020.

Al presentarse la demanda -continúa el TS- los empleados afectados seguían siendo empleados de Cipasa, cuyo administrador concursal ha solicitado al juez del concurso la extinción colectiva de todos los contratos un día antes de la celebración del juicio.

El Supremo confirma y declara firme la sentencia 879/2022 dictada por la Sala de lo Social del TSJA puesto que "el juez social es competente solo para conocer de los despidos colectivos anteriores al concurso", concluye.

Un complicado litigio entre el anterior propietaria del Tívoli, Cipasa -una empresa vinculada al empresario cordobés Rafael Gómez "Sandokan"- y el actual, Tremon; así como una deuda millonaria con Hacienda y la Seguridad Social llevaron al parque al cierre hace ya tres años y a sus empleados a vivir la mayor crisis desde que el complejo iniciase su actividad hace más de medio siglo.

Desde el entorno de los trabajadores de Tívoli sostienen que el parque es rentable y que su reapertura es "solo una cuestión de voluntad". Por su parte, el Ayuntamiento de Benalmádena ha "blindado" los terrenos de Tívoli contra operaciones inmobiliarias y la especulación urbanística, de manera que en ellos sólo son viables usos comerciales y hoteleros en los mismos cuando estos estén vinculados a la apertura del parque de atracciones.