Teba, referente de la investigación arqueológica
Historia
Los descubrimientos dolménicos en la Lentejuela y las excavaciones en el castillo son los proyectos de investigación más recientes
Descubren nuevos dólmenes en la necrópolis de La Lentejuela de Teba
La historia del Castillo de Teba renace bajo tierra
Teba, una pequeña localidad de poco más de 3.500 habitantes, cuenta con un gran legado patrimonial que hasta hace relativamente poco estaba prácticamente oculto bajo tierra en su totalidad, aunque se tenían referencias y evidencias de su posible existencia.
El descubrimiento más reciente han sido dos dólmenes en la necrópolis de La Lentejuela, un monte de unas cuatro hectáreas situado en mitad del valle del Guadalteba y que es un especie de Torcal en miniatura, con todas las salvedades que ello conlleva.
Allí se descubrió un enorme dolmen de corredor con su cubierta completa y que sería el tercero de mayores dimensiones tras los de Menga y Viera que están situados en Antequera dentro del conjunto declarado como Patrimonio de la Humanidad. “Este dolmen nos va a ayudar a comprender otros”, explica Serafín Becerra, uno de los directores de las excavaciones y que es un profundo conocer del patrimonio del municipio, ya que es natural de Cuevas del Becerro y en la actualidad reside en la propia Teba.
Becerra, que participó como estudiante en la primera excavación de un dolmen de esta necrópolis por parte de un equipo de la Universidad de Málaga, ahora trabaja en la investigación de la misma adscrito a un equipo de la Universidad de Cádiz junto a Eduardo Vijande. De momento tienen localizados 13 dólmenes, aunque creen que pueden ser muchos más, al tiempo que consideran que la actividad de la zona en la que llegó a existir una cantera pudo dañar otros. Además también tienen contabilizados una gran cantidad de Menhires y dos de los dólmenes cuentan con círculos de piedra a su alrededor.
Pero La Lentejuela es solo el último eslabón que se sumó a la cadena de la riqueza histórica del municipio, que desde hace varios años también impulsa en su conocido castillo otro plan de investigación que este año se centró en la zona de la iglesia. Allí, como se esperaba, han descubierto enterramientos dentro de la nave, además de recuperar las criptas. También han encontrado lo que se presupone que era la calle de entrada principal al recinto amurallado y varias viviendas en sus laterales.
A ello se ha sumado un sorprendente descubrimiento, una especie de aljibe del que se desconoce qué uso pudo tener y en cuyo interior también han aparecido una gran cantidad de restos humanos. “No sabemos en estos momentos qué pudo ser y a qué se debe la presencia de tantos restos humanos”, señala Becerra, que baraja como hipótesis que pudiese deberse a enterramientos por algún tipo de peste o enfermedad.
Mientras tanto, en campañas anteriores se excavaron la puerta de Ronda y también se descubrió una entrada noble al castillo de la que se desconocía su existencia. “El castillo es sin lugar a dudas el emblema patrimonial de Teba por todo lo que conlleva”, dice Becerra.
Y mientras La Lentejuela y la ciudad medieval se encuentran en pleno proceso de investigación, otro de los grandes tesoros, la Cueva de las Palomas y la Sima de las Palomas están a punto de cerrar su plan de investigación. “Es el gran tesoro por explorar”, dice Becerra, mientras explica que se tiene constancia de estuvo habitada la misma desde hace unos 300.000 años. Además, también se encontraron restos de animales ya extinguidos en la zona como los rinocerontes o los míticos uros, antecesores del toro actual.
A estos tres referentes se suman la ciudad romana que no está investigada y otros pequeños yacimientos arqueológicos que hacen que Teba tenga una representación de cada una de las épocas hasta la edad moderna. Una especie de gran parque arqueológico vivo que se concentra en una pequeña porción de terreno. “Para la prehistoria más antigua tenemos la Cueva de las Palomas, para la prehistoria reciente La Lentejuela, la protohistoria estaría representada por el oppidum de Los Castillejos, en época romana tendríamos el Cortijo del Tajo y para la época medieval tendríamos Mina y el castillo, referentes en la actualidad para la investigación”, concluye Becerra.
A ello suma la apuesta del propio Ayuntamiento por recuperar este patrimonio histórico, invirtiendo unos 200.000 euros anuales en financiar estas investigaciones.
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